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Los sarcomas de tejidos blandos que se originan en las extremidades suelen tener el aspecto de una protuberancia debajo de la piel. Generalmente, el bulto crece con el tiempo, y puede ser doloroso o no.
Los sarcomas de tejidos blandos que se originan en el abdomen normalmente no son perceptibles hasta que son lo suficientemente grandes para causar otros síntomas o problemas en el organismo, usualmente porque los tumores oprimen órganos, músculos o nervios. Por ejemplo, pueden causar dolor abdominal, falta de aire, entumecimiento en los brazos y piernas, obstrucción urinaria, sensación de llenura después de ingerir pocos alimentos, náuseas o vómitos.
Entre otros síntomas de los tumores de tejidos blandos se encuentran:
La alianza de Miami Cancer Institute con Memorial Sloan-Kettering Cancer Center le otorga a su equipo de atención acceso a una unidad de patología especializada e investigación genética que ayuda a identificar el tipo exacto de cáncer. Determinar el tipo específico de cáncer permite a los oncólogos elaborar un plan de tratamiento más individualizado y eficaz.
Nuestros especialistas en cáncer ortopédico también participan en una junta multidisciplinaria para revisión de tumores que se reúne periódicamente para analizar casos, y colaboran con otros clínicos para formular el mejor tratamiento para su caso. En los últimos años, el tratamiento para el sarcoma de tejidos blandos ha experimentado grandes avances gracias a este esfuerzo colaborativo y los pacientes están cosechando los beneficios de una mejor y más eficaz atención.
Si su médico sospecha que usted tiene un sarcoma de tejidos blandos, podría hacerle un examen físico e indagar acerca de su historia clínica personal y familiar. El médico también podría ordenar pruebas diagnósticas, tales como análisis de sangre. Además, probablemente deba hacerse pruebas de imagenología, como tomografías computarizadas, tomografías por emisión de positrones (PET) o resonancias magnéticas.
Después del diagnóstico y las pruebas de imagenología, es posible que deba hacerse una biopsia. Durante este procedimiento, se extraerá un trocito de tejido del tumor o de una zona sospechosa y un patólogo lo examinará bajo un microscopio para determinar si tiene células cancerosas.
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