Independientemente de si desarrolla un trastorno hemático benigno a causa del cáncer o lo tenía antes de que se le diagnosticara el cáncer, esto puede complicar su tratamiento. Los especialistas en hematología de Miami Cancer Institute en Baptist Health South Florida forman parte de su equipo de atención oncológica, sin importar el tipo de cáncer que padezca. Pueden controlar hábilmente estos trastornos si es necesario para apoyar su atención a lo largo del tratamiento del cáncer.
¿Qué son los trastornos hemáticos benignos?
Estos trastornos incluyen la anemia y los de la coagulación y formación de coágulos de sangre. Se denominan benignos porque no son cancerosos y pueden controlarse o resolverse con tratamiento, y no afectan la esperanza de vida. Los trastornos hemáticos benignos pueden desarrollarse espontáneamente, aparecer como una complicación del tratamiento del cáncer o como una afección secundaria de algunos tipos de cáncer.
Anemia y cáncer
La anemia se produce cuando el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos. Estos son importantes porque transportan el oxígeno a todo el organismo.
La anemia puede presentarse a consecuencia del tratamiento del cáncer por varias razones, entre ellas:
- La quimioterapia puede afectar la capacidad de su organismo de producir glóbulos rojos.
- La radioterapia puede dañar la médula ósea, donde se producen los glóbulos rojos.
- La cirugía del cáncer puede provocar anemia debido a la pérdida de sangre.
- Algunos padecimientos preexistentes pueden aumentar el riesgo de padecer anemia durante el tratamiento del cáncer.
Entre los signos y síntomas de la anemia se encuentran:
- cansancio;
- mareos;
- palidez en la piel;
- falta de aire;
- irregularidades en el ritmo cardíaco;
- sonido de latidos en los oídos.
Trastornos de la coagulación y cáncer
Los trastornos de la coagulación se producen cuando el organismo tiene dificultades para formar coágulos de sangre. Entre las causas de estos trastornos se encuentran un recuento bajo de plaquetas o de proteínas de coagulación de la sangre (factores de coagulación), plaquetas anormales o vasos sanguíneos anormales.
El cáncer de hígado o un cáncer que se haya diseminado al hígado desde otro lugar puede afectar la producción de factores de coagulación. Los trastornos de la coagulación también pueden ser un efecto secundario de la quimioterapia o de los antiangiogénicos (medicamentos que inhiben la formación de vasos sanguíneos que favorecen el crecimiento de un tumor).
Entre los signos de un trastorno de la coagulación se encuentran:
- Facilidad para que aparezcan moretones.
- Sangrado excesivo por rasguños menores o después de una cirugía.
- Sangrado de las encías.
- Períodos menstruales abundantes.
Coágulos de sangre y cáncer
En general, los coágulos de sangre son beneficiosos ya que detienen la pérdida de sangre y ayudan a curar las lesiones. Sin embargo, a veces los coágulos no desaparecen una vez que la lesión se ha curado o se forman donde no existe una lesión. Estos coágulos sanguíneos anormales restringen la circulación de la sangre y provocan hinchazón y dolor.
Cuando se tiene cáncer, los cambios genéticos que contribuyeron al cáncer, así como la quimioterapia, aumentan el riesgo de sufrir un problema de coagulación de la sangre llamado trombosis venosa profunda (DVT).
Este trastorno normalmente se produce en las piernas y no siempre provoca síntomas sino hasta que se agrava. Entre los signos y síntomas se encuentran dolor e hinchazón, enrojecimiento de la piel y una sensación de calor cerca de la ubicación del coágulo.
Una trombosis venosa profunda puede poner en peligro la vida si se desprende y se desplaza por el corazón hasta los pulmones. Esto se denomina embolia pulmonar.
Entre los síntomas de una embolia pulmonar se encuentran:
- dolor en el pecho;
- falta de aire;
- tos que puede producir sangre;
- irregularidades en el ritmo cardíaco;
- mareos.
¿Cómo manejan los médicos los trastornos hemáticos benignos?
Antes de comenzar el tratamiento, le preguntaremos si tiene algún trastorno hemático o si en su familia hay antecedentes de este tipo de trastornos. También le haremos un análisis de sangre para comprobar su recuento de células sanguíneas y su capacidad de coagulación. Esta información revelará si existe algún trastorno sanguíneo desconocido y nos ayudará a crear un plan de tratamiento que prevenga las complicaciones hemáticas.
A lo largo del tratamiento se realizarán más análisis de sangre y de diagnóstico por imágenes para llevar control de su recuento sanguíneo y comprobar si hay coágulos. Nuestro objetivo es detectar cualquier complicación en su etapa inicial para minimizar sus efectos en el tratamiento del cáncer.