¿Cómo se tratan los tumores tiroideos?
En el caso de los nódulos tiroideos, es posible que se deban extirpar quirúrgicamente o simplemente supervisar para detectar cualquier crecimiento o cambios. Por su parte, el cáncer de tiroides por lo general debe tratarse. El plan de tratamiento dependerá de su edad, estado de salud general, el tipo y el estadio de su cáncer, y puede comprender:
Cirugía. La cirugía es el principal tratamiento para la amplia mayoría de cánceres tiroideos. Nuestros cirujanos extirparán una parte o la totalidad de la glándula tiroidea para erradicar el cáncer. Con frecuencia usan técnicas mínimamente invasivas, como la tiroidectomía transbucal, que permite extirpar la glándula mediante una incisión en el labio sin una incisión visible en el cuello. La cirugía también podría implicar la extirpación de los ganglios linfáticos en el cuello. Le explicaremos cuál es la opción quirúrgica que podría resultar mejor en su caso.
Tratamiento con yodo radioactivo. Para casos de cáncer tiroideo e hipertiroidismo, Miami Cancer Institute ofrece el tratamiento con yodo radioactivo. El yodo radiactivo se administra oralmente en el hospital o de forma ambulatoria. Luego, al ser absorbido por la glándula tiroidea, destruye las células que provocan los síntomas, incluso las células cancerosas.
Hormonoterapia. Algunas hormonas permiten tratar el cáncer tiroideo y contribuyen a mantener concentraciones normales de las hormonas tiroideas.
Radioterapia con radiación externa. Se puede usar la radioterapia, en especial en casos avanzados de cáncer tiroideo.
Terapia de protones. Mediante este método, se administran dosis altas de radiación en el tumor sin afectar los tejidos que lo rodean. Miami Cancer Institute fue de los primeros centros de Estados Unidos en ofrecer la terapia de protones.
Quimioterapia e inmunoterapia. La quimioterapia emplea medicamentos para destruir células cancerosas y controlar su crecimiento. La inmunoterapia ataca células o receptores celulares específicos y se usa cada vez con más frecuencia para el cáncer tiroideo. Ambas técnicas se pueden combinar con otros tratamientos para contribuir con la destrucción de las células cancerosas.