Cáncer de seno

El carcinoma ductal es un cáncer de seno que se origina en los conductos galactóforos, es decir, los conductos que transportan la leche desde el seno hasta el pezón. Es el tipo de cáncer de seno más frecuente. La mayoría de los carcinomas ductales son invasivos, lo que implica que se diseminan a otros tejidos más allá de los conductos galactóforos y pueden diseminarse a otras partes del organismo. Al carcinoma ductal invasivo también se lo denomina a veces carcinoma ductal infiltrante.

El carcinoma ductal localizado o in situ (DCIS) es un cáncer de seno que se limita a los conductos galactóforos. (El término latino in situ significa que se encuentra “en su lugar original”). Es el estadio inicial del carcinoma ductal y a veces se le denomina cáncer de seno en estadio 0. El DCIS puede avanzar hasta convertirse en cáncer de seno invasivo, por lo que es importante recibir tratamiento.

El cáncer de seno inflamatorio es una forma de cáncer agresiva pero poco frecuente. Las células cancerosas obstruyen los vasos linfáticos del seno y esto ocasiona que el seno se enrojezca y se hinche. El cáncer de seno inflamatorio suele presentarse en personas más jóvenes que las demás formas de cáncer, y puede progresar rápidamente. Los avances en el diagnóstico y tratamiento han mejorado considerablemente los índices de supervivencia que aun tienden a ser más bajos con respecto a las demás formas de cáncer de seno. 

El carcinoma lobulillar se origina en los lobulillos o en las glándulas mamarias. El carcinoma lobulillar localizado raramente se disemina fuera del seno, pero el carcinoma lobulillar invasivo (el segundo tipo de cáncer de seno más común) puede diseminarse a los tejidos circundantes a través de la sangre y el sistema linfático hacia otras partes del organismo.

Este subtipo de cáncer de seno no es sensible a los estrógenos o la progesterona ni a la proteína HER2. Puede llegar a ser más agresivo que otras formas de cáncer de seno y normalmente se presenta en personas más jóvenes. El cáncer de seno triple negativo no responde bien a la hormonoterapia ni a los tratamientos específicos para el HER2, pero existen muchas otras opciones de tratamiento.

Esta enfermedad, también conocida como enfermedad de Paget del pezón, es una forma rara de cáncer de seno que afecta el pezón y el círculo oscuro que lo rodea, llamado la aréola. Puede provocar irritación de la piel, picazón, enrojecimiento o descamación. La mayoría de las personas que contraen la enfermedad de Paget también tienen otra forma de cáncer dentro del seno.

Menos del 1% de los cánceres de mama ocurren en hombres; de estos casos, la mayoría son carcinomas ductales. Puesto que los hombres no se hacen mamografías y quizá no estén conscientes del riesgo de contraer cáncer de mama, la enfermedad normalmente se diagnostica en estadios más avanzados. Los hombres que padecen cáncer de mama posiblemente requieran una atención de seguimiento y servicios distintos de las mujeres; por ejemplo, el tratamiento de cáncer de mama en los hombres puede provocar efectos secundarios sobre la capacidad reproductiva del hombre.

Si bien el cáncer de seno afecta a mujeres de todas las edades, la mayoría lo contrae después de los 50 años y en el caso de los hombres, la mayoría lo presenta después de los 60 años.

Más del 99% de los pacientes a los que se les diagnostica la enfermedad son mujeres.

Si usted ha tenido cáncer de seno posee un riesgo ligeramente más alto que el de una persona que jamás ha tenido la enfermedad. Sin embargo, los nuevos tratamientos pueden disminuir el riesgo de contraer cáncer de seno por segunda vez.

Es importante recordar que la mayoría de las personas que contraen cáncer de seno no tienen antecedentes familiares de la enfermedad. Pero cerca del 10% de los cánceres de seno son hereditarios. Quizá tenga el doble o triple de probabilidad de contraer cáncer de seno si su madre, su hermana o su hija ha tenido la enfermedad. Aunque no todos, muchos de los casos de cáncer de seno hereditario están asociados a mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2. Si tiene antecedentes familiares de cáncer de seno, podríamos recomendarle pruebas genéticas para determinar su factor de riesgo y crear un plan preventivo y para diagnóstico a tiempo.

El cáncer de seno a veces está vinculado a mutaciones (alteraciones moleculares) en los genes BRCA1, BRCA2 y PALB2. Tener ciertas mutaciones en estos genes aumenta el riesgo de contraer cáncer de seno. En ocasiones estas mutaciones son hereditarias, aunque no siempre.

Los genes BRCA y PALB2 normalmente actúan como “cuidadores” ya que ayudan a las células a reparar el ADN cuando sufre daños. La mayoría de las personas tiene dos copias normales de estos genes y, por consiguiente, tiene un riesgo más bajo de contraer cáncer de seno con respecto a quienes tienen la mutación.

Las mujeres portadoras de una mutación en un gen BRCA también tienen un riesgo más alto de contraer cáncer de ovario. Los hombres que posean mutaciones en un gen BRCA pueden tener un riesgo más alto de desarrollar cáncer de mama y de próstata. Las mutaciones de PALB2 están relacionadas con el cáncer de páncreas.

Miami Cancer Institute ofrece asesoría y pruebas genéticas para determinar si usted y sus parientes son portadores de estas mutaciones. Sus familiares y usted podrían beneficiarse de la asesoría y las pruebas genéticas si:

• Varios de sus parientes han tenido cáncer de seno, de ovario u otros tipos de cáncer.
• Le diagnosticaron la enfermedad antes de los 50 años.
• Usted ha tenido cáncer de seno en los dos senos.
• Su tipo de cáncer de seno es triple negativo, lo que significa que carece del receptor de estrógenos, de progesterona y de HER2.

Si usted tuvo su primera menstruación antes de los 12 años o pasó la menopausia después de los 55 años, su riesgo de contraer cáncer de seno es ligeramente más elevado que el del promedio.

Algunas afecciones no cancerosas del seno pueden aumentar la probabilidad en el futuro de contraer cáncer de seno.

Si usted tuvo su primer bebé después de los 30 años o nunca ha tenido hijos, tiene un riesgo ligeramente más alto de contraer cáncer de seno con respecto a las mujeres que tuvieron hijos antes de los 30 años.

El uso de algunas píldoras anticonceptivas puede aumentar muy ligeramente su riesgo de contraer cáncer de seno. Este riesgo aumentado desaparece aproximadamente una década después de dejar de tomarlas. No obstante, los anticonceptivos orales en realidad podrían disminuir el riesgo de contraer cáncer de ovario.

La administración de ciertos tratamientos de reemplazo hormonal después de la menopausia aumenta ligeramente su riesgo de contraer cáncer de seno. Este riesgo adicional desaparece aproximadamente de tres a cinco años después de suspender la administración de hormonas. El riesgo más elevado ocurre con el tratamiento de reemplazo hormonal combinado en el que se emplean estrógenos y progesterona, en lugar de estrógenos únicamente.

Las libras demás pueden aumentar su riesgo de contraer cáncer de seno y también aumentan la posibilidad de que este reaparezca después del tratamiento, especialmente luego de la menopausia. Tener sobrepeso significa que es su índice de masa corporal (BMI, por su sigla en inglés) es de 25 o más. La obesidad se define como tener un BMI de 30 o más.

Si recibió radioterapia en el pecho o los senos antes de los 30 años, quizá tenga un riesgo más alto de contraer cáncer de seno más adelante en la vida.