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CEl tratamiento del cáncer puede provocar caries y otros problemas en los dientes y las encías. Los cambios en los hábitos alimenticios pueden intensificar el problema. Si come con frecuencia o come muchos dulces, tal vez deba cepillarse los dientes con más regularidad.
Estas son algunas ideas para prevenir los problemas dentales:
- Vaya al dentista antes de comenzar el tratamiento, especialmente si tiene antecedentes de problemas en los dientes o las encías. Esto contribuirá a prevenir infecciones u otros problemas más adelante.
- Utilice un cepillo de dientes de cerdas suaves. Si tiene mucha sensibilidad en las encías, límpiese los dientes con hisopos o esponjitas orales fabricadas especialmente para la limpieza de los dientes.
- Enjuáguese la boca con agua tibia cuando sienta dolor en la boca y las encías. También enjuáguesela si estuvo vomitando para eliminar cualquier ácido que permanezca en los dientes.
- Si no tiene problemas con la pérdida del apetito o el adelgazamiento, limite la cantidad de azúcar en su dieta. Además, reduzca los alimentos que se adhieren a los dientes, como los caramelos, las frutas secas, las semillas y las barras de golosina masticables.
- Recuerde cepillarse o enjuagarse la boca después de cada comida o merienda.
- Visite al dentista regularmente. En el caso de los pacientes que están recibiendo un tratamiento que afecta la boca (por ejemplo, radiación en la cabeza y el cuello), es posible que deban ir al dentista con más frecuencia de lo normal.
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Las náuseas, con o sin vómitos, pueden producirse como efecto secundario de una cirugía oncológica, la quimioterapia, la radioterapia, la terapia biológica y con algunos medicamentos para el dolor. El cáncer por sí mismo, u otras afecciones no relacionadas con el cáncer o el tratamiento, también pueden provocar náuseas. Las náuseas pueden impedirle ingerir alimentos suficientes y los nutrientes necesarios.
Coma los siguientes alimentos:
- ostadas y galletas saladas;
- yogur;
- sorbetes o nieves;
- paletas;
- pretzels;
- torta esponjosa;
- duraznos enlatados, peras, ensalada de frutas, melones;
- pollo sin piel (horneado, asado);
- cereales calientes, como avena;
- líquidos claros, caldo;
- trozos de hielo.
Sugerencias útiles:
- Evite las comidas grasosas, fritas o picantes.
- Evite las comidas con olores intensos.
- Ingiera los alimentos en pequeñas cantidades, con frecuencia y lentamente.
- Evite comer en una habitación con poca ventilación o demasiado calurosa, o en la que haya olores de comida que no le sienten bien.
- Beba poco líquido con las comidas; beber líquidos puede hacer que se sienta lleno e hinchado.
- Beba los líquidos en pequeños sorbos a lo largo del día, excepto en el horario de las comidas. Puede resultarle útil usar un pitillo (pajilla).
- Tome bebidas frescas o frías. Congele sus bebidas favoritas en una cubetera.
- Ingiera las comidas a temperatura ambiente o más frías; las comidas calientes pueden empeorar las náuseas.
- No se obligue a comer sus alimentos favoritos cuando tiene náuseas; puede hacer que esos alimentos le desagraden para siempre.
- Siempre siéntese erguido para comer.
- Descanse después de las comidas ya que la actividad puede enlentecer la digestión. Descanse en una posición erguida durante aproximadamente una hora después de las comidas.
- Si siente náuseas en la mañana, coma una tostada sola o galletas antes de levantarse de la cama.
- Vista ropa cómoda y holgada.
- Evite comer durante una o dos horas antes de la radioterapia o quimioterapia, si las náuseas se presentan durante el tratamiento.
- Muchas personas que se somete a un tratamiento del cáncer se sienten mejor por las mañanas. No hay nada de malo con ingerir su comida principal en este horario.
- Consulte con el médico acerca de los medicamentos contra las náuseas.
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Los vómitos pueden presentarse después de las náuseas a raíz del tratamiento, el olor de la comida, gases en el estómago o los intestinos, o el movimiento. En algunas personas, un determinado entorno (como un hospital) puede ser la causa de los vómitos.
A continuación se presentan algunas ideas útiles:
- No ingiera líquidos ni sólidos hasta tener los vómitos bajo control.
- Siéntese erguido por un período de tiempo después de vomitar.
- Una vez que haya controlado los vómitos, intente beber pequeños sorbos de líquidos claros, como jugo de arándanos rojos, ginger ale sin gas o caldo frío. Comience con una cucharadita cada 10 minutos, aumente gradualmente a una cucharada cada 20 minutos, y luego intente con 2 cucharadas cada 30 minutos.
- Cuando pueda tolerar los líquidos claros, lleve una dieta líquida completa, que puede incluir crema de trigo, pudín, helado o yogur congelado, caldo, gelatina y leche. Continúe ingiriendo pequeñas cantidades con la frecuencia que le permita tolerarlo. Si se siente bien con una dieta líquida completa, haga la transición gradual a su dieta normal. Las bebidas carbonatadas les sientan bien a algunas personas, pero a otras las hacen sentir llenas o hinchadas, o provocar eructos, lo cual puede estimular los vómitos.
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Si experimenta náuseas o vómitos por el tratamiento, evite ingerir sus alimentos favoritos antes del momento en que hay más probabilidades de sentirse mal. No es raro que algunas personas asocien una comida particular con la aparición de síntomas desagradables. Este fenómeno se denomina "selectividad alimentaria". Reserve sus comidas favoritas para cuando se sienta bien.
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La diarrea puede ser provocada por la quimioterapia, la radioterapia en el abdomen, las infecciones, la sensibilidad alimentaria y el malestar emocional. La diarrea prolongada o grave puede causar deshidratación y otros problemas de salud, dado que se pierde el agua y los nutrientes necesarios. Comuníquese con su médico si la diarrea persiste.
Los alimentos bajos en residuos y bajos en fibra a veces ofrecen alivio, por ejemplo:
- arroz o fideos;
- sémola o crema de trigo;
- huevos (cocidos hasta que las claras estén firmes, no fritos);
- bananos;
- verduras licuadas o cocidas hasta que estén tiernas;
- frutas enlatadas o cocidas sin cáscara, como la compota de manzana;
- pan blanco;
- pavo o pollo sin piel;
- carne tierna o molida;
- pescado;
- puré de papas.
Estos son algunos consejos prácticos:
- Evite los alimentos que empeoren la diarrea, por ejemplo: frijoles, cebollas o especias fuertes; comidas grasosas o fritas; verduras crudas, frutas crudas o nueces; verduras con alto contenido de fibra, como brócoli, maíz, frijoles, repollo, coliflor o arvejas.
- Evite las bebidas alcohólicas.
- Evite los productos lácteos si aumentan la indigestión y la diarrea. (Muchos suplementos nutricionales líquidos no tienen leche y están disponibles en una variedad de sabores).
- Consuma pequeñas cantidades de alimentos y líquidos a lo largo del día.
- Beba los líquidos a temperatura ambiente. Evite los alimentos muy calientes o muy fríos.
- Ingiera abundantes alimentos y líquidos que contengan sodio y potasio. Estos minerales se suelen eliminar con la diarrea. Los alimentos con un alto contenido de potasio que no producen diarrea son los bananos, los duraznos, los néctares de melocotón y las papas hervidas o puré de papas. Las opciones líquidas ideales son el caldo en cubos o el caldo sin grasa.
- Lleve una dieta líquida durante las primeras 12 a 24 horas de la aparición de la diarrea.
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Algunos medicamentos antineoplásicos y otros fármacos, como los analgésicos, pueden generar estreñimiento. Este problema también puede presentarse si su dieta no incorpora suficiente líquidos o fibras, o si no está físicamente activo. Estas son algunas sugerencias para prevenir y tratar el estreñimiento:
- Beba abundante líquido (por lo menos, ocho vasos al día) para que las heces sean blandas. Una porción diaria de cuatro onzas de jugo de ciruelas también puede ser útil.
- Beba una bebida caliente alrededor de media hora de su hora habitual para evacuar.
- Escoja alimentos con alto contenido de fibra, como cereales integrales, verduras y frutas frescas. Por ejemplo, elija pan integral, coliflor, zanahorias, papas con cáscara, ciruelas, naranjas y bayas.
- Añada salvado de trigo sin procesar a las comidas, como cacerolas y cereales calientes.
- Haga ejercicio todos los días, por ejemplo, salga a caminar. Hable con su médico o fisioterapeuta acerca de la cantidad y tipo de ejercicio que es apto para usted.
- Si ninguna de estas recomendaciones funciona, pregúntele al médico sobre los suplementos de fibra, como Metamucil, o medicamentos para aliviar el estreñimiento. Beba suficientes líquidos, como se indica en las instrucciones de uso. Hable con el médico antes de incorporar fibra o tomar laxantes comunes o emolientes.
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El tratamiento del cáncer puede tener consecuencias, como daño en la boca, las encías y la garganta. Si tiene irritación en la boca, consulte con el médico para verificar que el malestar no se deba a un problema dental o médico que se pueda corregir. Hay determinados alimentos que irritan aún más la boca. Para comer más fácilmente, elija cuidadosamente sus alimentos y cuídese muy bien la boca.
Escoja alimentos blandos, que sean fáciles de masticar y tragar, como:
- bananos, compota de manzana, sandía, frutas enlatadas
- duraznos, peras y néctares de melocotón
- queso cottage, yogur, malteadas
- puré de papas, macarrones con queso
- natillas, pudín, gelatina
- huevos revueltos
- avena y otros cereales cocidos
- verduras licuadas o puré de verduras
- carnes licuadas.
A continuación le presentamos algunas sugerencias:
- Evite los jugos o las frutas cítricas.
- Evite las comidas picantes o saladas.
- Evite los alimentos de textura áspera, gruesos o secos.
- Evite las especias picantes, como el chile en polvo, la nuez moscadas y los clavos de olor.
- Cocine los alimentos hasta que estén suaves y tiernos.
- Corte los alimentos en trozos pequeños, páselos por una licuadora o un procesador de alimentos. Prepare guisos y cacerolas.
- Mezcle los alimentos con mantequilla, salsas ligeras de carne y otras salsas para que sea más fácil tragarlos.
- Use un pitillo (pajilla) para beber líquidos.
- Coma los alimentos fríos o a temperatura ambiente, ya que las comidas calientes o tibias pueden irritar la boca y la garganta si ya están sensibles.
- Si le duelen los dientes y las encías, es posible que el dentista le recomiende un producto especial para lavárselos.
- Enjuáguese la boca con agua con frecuencia para eliminar restos de comida y bacterias, y promover la sanación.
- Pregúntele al médico acerca de los aerosoles o pastillas anestésicas (como Tisol y Mouthkote) que sirven para adormecer la boca y la garganta por un intervalo suficiente que le permita comer.
- Mantenga las dentaduras limpias y quíteselas, excepto cuando coma, hasta que la boca se cure.
- No fume y minimice el consumo de alcohol.
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La quimioterapia y radioterapia en el área de la cabeza y el cuello suelen provocar sequedad en la boca, producto de la reducción de la secreción salival. Cuando esto sucede, resulta difícil masticar y tragar. La sequedad también puede cambiar el sabor de las comidas. Para reducir los problemas causados por la sequedad en la boca, siga estas recomendaciones, así como las ideas que se indican para la irritación en la boca o la garganta.
- Evite las comidas saladas.
- Elija alimentos y bebidas agrias, como la limonada, ya que pueden ayudarla a producir más saliva. El melón quizá le ayude también.
- Chupe caramelos duros, como caramelos de limón, coma paletas de helado, o mastique goma de mascar sin azúcar.
- Mantenga los labios humectados con bálsamos.
- Use salsas, salsas de carne y aderezos para ensaladas para que las comidas estén jugosas y sean más fáciles de tragar.
- Beba líquidos espesos, como néctares de frutas, a temperatura ambiente o fríos.
- Beba sorbos de agua cada algunos minutos, para poder tragar y hablar con más facilidad.
- Mantenga una buena higiene bucal.
- Si la sequedad se intensifica, pregunte al médico o dentista acerca de productos que sirvan para recubrir y proteger la boca. Los productos de saliva artificial, como Glandosane, Optimoist, Moistin o Mouthkote, pueden ayudarle.
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Los problemas para tragar pueden ser resultado del cáncer o su tratamiento. El uso de una sonda de alimentación, al menos justo después de la cirugía, dará lugar a la cicatrización. Si no se requiere una sonda, hay varios métodos que puede adoptar para comer más fácilmente:
- Haga algunas respiraciones profundas antes de tragar, y exhale o tosa después de tragar.
- Los líquidos espesos podrían ser más fáciles de tragar que los líquidos ligeros. La gelatina podría ser más fácil de tragar que los líquidos espesos o ligeros.
- Los purés no deberían ser muy espesos.
- Beba líquidos entre una comida y otra, no durante la comida, ya que esto puede reducir su apetito. Los líquidos a temperatura ambiente pueden ser más fáciles de tragar.
Si le extirparon una parte o la totalidad de la lengua o la mandíbula, es posible que la acción masticatoria y el movimiento de la lengua sean limitados. La comida descenderá por el aparato digestivo después de pasar por la garganta. Los terapeutas del lenguaje, los dietistas o el personal de enfermería pueden enseñarle técnicas eficaces para tragar. Además, pruebe estas sugerencias:
- Use un pitillo (pajilla) para tragar las bebidas más fácilmente.
- Use una cuchara ya que es más fácil de controlar y menos peligrosa que un tenedor.
- Pídale al terapeuta que le enseñe la mejor manera de introducir los alimentos en la boca.
- Evite los alimentos muy calientes o muy fríos.
- Elija la dieta líquida apta a sus necesidades, para evitar el estreñimiento o la diarrea.
- Licúe los alimentos para que sean más fáciles de tolerar que los alimentos de consistencia normal.
- Haga ejercicios con la lengua y la mandíbula. Muévalos por toda la amplitud normal de movimiento. Saque y meta la lengua, bostece y mueva la mandíbula de lado a lado.
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La quimioterapia, la radioterapia o el propio cáncer pueden ser responsables del cambio en el sentido del gusto. Algunos pacientes refieren un gusto amargo y metálico, especialmente cuando comen alimentos con un alto contenido de proteínas. El sentido del gusto de cada persona puede verse afectado de manera diferente. Tendrá que darse cuenta cuáles son los alimentos que le saben diferente, si es que hay alguno.
- Escoja y prepare comidas que le resulten atractivas visualmente y tengan buen aroma.
- Si le encuentra un gusto diferente a la carne roja, coma pollo, pavo, huevos, productos lácteos, tofu o pescado que no tenga un olor fuerte.
- Intensifique los sabores de la carne, el pollo o el pescado marinándolos en jugos de frutas dulces, vino dulce o aderezo tipo italiano.
- Use pequeñas cantidades de condimentos sabrosos, como albahaca, romero u orégano.
- Escoja alimentos agrios que tengan un sabor más intenso, como naranjas o limonada. Una tarta de natilla de limón podría resultarle sabrosa y también le aportará las proteínas y calorías necesarias.
- Ingiera los alimentos a temperatura ambiente.
- Use cebolla, ajo y otros aderezos para añadir sabor a las verduras.
- Mantenga una buena higiene bucal.
- Beba líquidos a lo largo del día.
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El adelgazamiento puede producirse durante el tratamiento del cáncer debido a los efectos de la enfermedad en el cuerpo y su interferencia con las comidas, la digestión o la absorción de los alimentos. También puede derivarse de la falta de apetito por el tratamiento oncológico o los sentimientos de depresión o ansiedad.
Las siguientes sugerencias pueden ayudarle a que el horario de las comidas sea un momento más relajado y comer le resulte más tentador.
- Participe en la mayor cantidad de actividades normales posible.
- Mantenga la calma, especialmente en el horario de las comidas. No se apresure para comer.
- Cambie la hora, el lugar y el entorno cuando coma. Una cena a la luz de las velas puede hacer que el horario de la comida sea más atractivo. Coma acompañado o escuche su música preferida.
- Si está adelgazando, coma con frecuencia durante el día, incluso antes de acostarse. Tenga meriendas nutritivas a su disposición, pero guárdelas fuera de su vista.
- Añada variedad al menú incorporando nuevas recetas, especias y alimentos. Coma en restaurantes ocasionalmente.
- Pídale al dietista que le ayude a hacer un plan de comidas con una ingesta adecuada de nutrientes.
- Incluya sus comidas favoritas en el menú diario.
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El aumento de peso puede ser algo imprevisto durante el tratamiento del cáncer. A veces, se debe a los cambios hormonales. El tamaño excesivo de las porciones o la ingesta de muchos alimentos con alto contenido de calorías y grasas también pueden aumentar el peso. A veces, los pacientes sienten menos náuseas o ansiedad cuando tienen comida en la boca. Hable sobre su aumento de peso con el médico o un dietista registrado para determinar la mejor manera de mantener un peso saludable. Esto es importante porque el aumento excesivo de peso puede empeorar el pronóstico para determinados cánceres, como el cáncer de seno.
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A veces, los pacientes aumentan de peso durante el tratamiento sin ingerir calorías adicionales. Por ejemplo, algunos medicamentos (como la prednisona) puede hacer que el organismo retenga líquidos. El peso extra es por el agua y no significa que esté comiendo demasiado. No empiece una dieta si nota que ha aumentado de peso; en su lugar, dígale al médico para poder averiguar cuál puede ser la causa del cambio. Si los medicamentos antineoplásicos son los responsables del aumento de peso, el médico tal vez le recomiende limitar la ingesta de sal, ya que la sal hace que el cuerpo retenga líquidos. Para eliminar los líquidos, es posible que le receten diuréticos.
Para aliviar la retención de agua:
- Coma menos sal.
- Beba cuando tenga sed y recuerde tomar de tres a cuatro vasos de agua por día.
- Manténgase físicamente activo en la medida de lo posible, por ejemplo, camine.
- Eleve las piernas cuando descanse.
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Si podía digerir la leche y los productos lácteos fácilmente antes de empezar el tratamiento de radioterapia o quimioterapia, pero ahora tiene calambres y diarrea después de beber leche o comer determinados productos lácteos, es posible que padezca intolerancia a la lactosa. Es posible que el tratamiento oncológico haya desactivado temporalmente las enzimas en el aparato digestivo que procesan el azúcar de la leche, llamada lactosa.
En la mayoría de las personas, la afección se revierte sola con el tiempo. Mientras tanto, las siguientes medidas pueden ser útiles:
- Evite la leche o los productos lácteos que le den problemas. El yogur y pequeñas cantidades de quesos curados pueden ser más fáciles de tolerar.
- Si le preocupa no incorporar calcio suficiente en la dieta, beba jugo de naranja o manzana enriquecido con calcio, y coma cereales y panes enriquecidos con calcio. Pregúntele al médico acerca de tomar suplementos de calcio.
- Tome uno de los productos de enzima, como LactAid o Lactinex, que permiten descomponer la lactosa. Algunos productos se pueden tomar en forma de píldoras, mientras que otros se agregan directamente a la leche. O bien, pruebe la leche deslactosada, como la leche LactAid.