El ‘peor dolor de cabeza de su vida’ indicó la rotura de un aneurisma cerebral para una madre y empresaria de medios de Miami

¿Qué se siente al sufrir la rotura de un aneurisma cerebral? Pregúntele a Ángela Sustaita-Ruiz, de 51 años, que sufrió una rotura de aneurisma a principios de este año. “Literalmente, de la nada, tuve un dolor de cabeza enorme, el peor de mi vida”, dice esta enérgica y extrovertida empresaria hispana de medios de entretenimiento y madre de cuatro hijos. “Era un dolor intenso que empezaba en la parte delantera de la frente y recorría el resto del cerebro con un poco de hormigueo. El dolor se irradió tan rápidamente que también me empezó a doler la espalda. Les dije a mis colegas que estaban en la llamada de Zoom conmigo en ese momento que mi cabeza estaba a punto de explotar – eso es exactamente lo que sentí”.

La Sra. Sustaita-Ruiz se tomó rápidamente un ibuprofeno para aliviar el dolor, pero éste se lo ponía cada vez más intenso. Pronto empezó a notar otros síntomas, como opresión en el pecho y adormecimiento del brazo derecho y la cara. Luego llegaron las náuseas y los vómitos intensos. “En ese momento supe que tenía problemas”, recuerda. Afortunadamente, su esposo estaba en casa y la llevó inmediatamente al Departamento de Emergencia de South Miami Hospital, que está cerca de la casa de la familia en South Miami.

(No deje de verlo: Ángela Sustaita-Ruiz atribuye al Dr. Robert Wicks y Miami Neuroscience Institute el mérito de haberle salvado la vida después de sufrir una rotura de aneurisma cerebral a principios de este año. Vídeo en inglés por George Carvalho)

Cuando la señora Sustaita-Ruiz llegó a South Miami Hospital, los médicos de emergencia entraron en acción y le hicieron un escán por tomografía computarizada (CT) y una resonancia magnética (MRI) de la cabeza. “Rápidamente determinaron que no sólo tenía un aneurisma roto, sino dos”, dice ella. “No sabía si iba a sobrevivir”.

Le dijeron que necesitaría una intervención quirúrgica cerebral de emergencia y la trasladaron inmediatamente a Baptist Hospital, donde se sometió a una evaluación más detallada por parte de Robert Wicks, M.D., codirector de cirugía cerebrovascular y director del laboratorio de anatomía neuroquirúrgica de Miami Neuroscience Institute, que forma parte de Baptist Health.

Robert Wicks, M.D., codirector de cirugía cerebrovascular y director del laboratorio de anatomía neuroquirúrgica de Miami Neuroscience Institute

Usualmente, según el Dr. Wicks, un paciente con un aneurisma cerebral roto tiene lo que muchos han descrito como el peor dolor de cabeza de su vida, como fue el caso de la Sra. Sustaita-Ruiz. “A menudo se asocia a una convulsión o a una debilidad o a náuseas y vómitos, así que si tiene alguno de estos síntomas, es importante que haga lo mismo que ella y vaya al hospital lo antes posible”, dice él, y añade que llamar al 911 es más seguro que confiar en que un familiar le lleve.

En realidad, se cree que los aneurismas cerebrales son bastante comunes entre la población general y pueden ocurrir a personas de todas las edades, según el Dr. Wicks. “Aproximadamente el dos por ciento, o aproximadamente una de cada 50 personas, tiene un aneurisma cerebral”, dice él. “Afortunadamente, no todos los aneurismas se rompen y muchas personas pueden vivir con uno toda su vida y ni siquiera saberlo”.

Sin embargo, si un aneurisma cerebral se rompe, puede ser mortal si no se trata rápidamente, según el Dr. Wicks. Aproximadamente un tercio de los pacientes ni siquiera sobreviven el viaje al hospital, dice él, mientras que otro tercio desarrolla “discapacidad a largo plazo”. El resto suele salir bastante bien, según él, y señala que la señora Sustaita-Ruiz tuvo la suerte de ser una de las que sobrevivió a la rotura de un aneurisma cerebral sin efectos aparentes a largo plazo.

Factores de riesgo a tener en cuenta

Los factores de riesgo típicos de los aneurismas cerebrales son el tabaquismo y la presión alta no controlada, pero algunas personas con enfermedad renal poliquística y otros trastornos más raros tienen un mayor riesgo de desarrollar aneurismas cerebrales, según el Dr. Wicks. “Los pacientes que controlan eficazmente cualquier factor de riesgo tienen un riesgo bajo de desarrollar un aneurisma adicional”.

Los antecedentes familiares también desempeñan un papel, añade. “Los pacientes con al menos dos miembros de la familia que tienen un aneurisma conocido o que han tenido una rotura de aneurisma, tienen un riesgo mayor ellos mismos, por lo que recomendamos que se sometan a un a prueba de detección con un MRI de la cabeza”, dice el Dr. Wicks. “Así podemos ver si hay aneurismas y determinar, por su ubicación, tamaño y estructura, si hay que tratarlos inmediatamente o si simplemente se pueden monitorear con el tiempo”.

La reparación del aneurisma desde el interior del vaso

Existen dos tipos de tratamiento para la rotura de un aneurisma, según el Dr. Wicks. “Con el enfoque endovascular, atravesamos el vaso sanguíneo con un microcatéter y luego cerramos el aneurisma desde el interior del vaso, ya sea con una diminuta bobina de filamentos metálicos o algún otro dispositivo que desvíe el flujo sanguíneo fuera del aneurisma”, explica. “O, lo abordamos desde el exterior del vaso a través de una pequeña incisión en la piel y cerramos el aneurisma con un pequeño clip”.

Ambos métodos suelen dar buenos resultados, según el Dr. Wicks, pero en el caso de la Sra. Sustaita-Ruiz, pensó que sus aneurismas rotos responderían mejor a la cirugía endovascular. Sin embargo, este tipo de cirugía no viene sin riesgos, ya que requiere procedimientos muy complejos y movimientos extremadamente intrincados por parte del neurocirujano. “Tenemos que ser capaces de acceder con seguridad al aneurisma con el microcatéter para evitar cualquier otro sangramiento”, explica el Dr. Wicks.

A pesar de lo aterrorizada que estaba por lo que rápidamente se había convertido en una emergencia médica que ponía en peligro su vida, la Sra. Sustaita-Ruiz se tranquilizó gracias a los amplios conocimientos del Dr. Wicks, su tranquilidad y su enfoque reflexivo. “Se tomó su tiempo para explicarnos a mí y a mi esposo cuáles eran mis opciones de tratamiento”, dice ella. “Me di cuenta de que realmente quería tomar la mejor decisión para “.

Durante la cirugía, se introdujeron catéteres en los vasos sanguíneos del cuello de la Sra. Sustaita-Ruiz y luego se ensartaron catéteres más pequeños desde allí hasta su cerebro, donde se encontraba el aneurisma. Luego se colocó un pequeño globo en el interior del vaso sanguíneo para proteger la parte principal de la arteria, y se colocaron bobinas en el propio aneurisma para cerrarlo por completo, explica el Dr. Wicks.

“Una vez que desplegamos la bobina, tenemos que vigilar cómo esta forma y cierra el aneurisma, porque no queremos ejercer demasiada presión sobre el propio aneurisma o eso podría causar una hemorragia adicional”, explica el Dr. Wicks. “También tenemos que asegurarnos de que la bobina permanezca en el aneurisma y no entre en el vaso sanguíneo principal que abastece al cerebro, lo que podría provocar un infarto cerebral”.

Volviendo poco a poco a la normalidad

Ver a sus hijas por primera vez después de la operación fue un momento especialmente memorable para la señora Sustaita-Ruiz. “No estaba segura de que fuera a volver a verlas y ver sus caritas iluminadas cuando me vieron lo fue todo”, ella recuerda. Después de la operación, permaneció en el hospital durante varias semanas, lo que permitió al Dr. Wicks y al equipo de atención de Miami Neuroscience Institute supervisar de cerca su evolución antes de que pudiera continuar su recuperación en casa.

Recuperarse de un aneurisma cerebral roto puede ser algo “bastante complejo”, dice el Dr. Wicks, porque la sangre que se ha filtrado a la base del cerebro provoca una inflamación que puede persistir desde tres días hasta incluso tres semanas. “Durante ese periodo, tenemos que vigilar al paciente muy de cerca con ultrasonidos diarios para asegurarnos de que la inflamación no desencadene un espasmo vascular o un pinzamiento de los vasos sanguíneos de la base del cerebro, lo que podría provocar un infarto cerebral”, explica él.

Volver a la normalidad luego de la rotura de un aneurisma requiere terapia, concentración y motivación, dice el Dr. Wicks. “Una vez que el paciente llega a casa, suele necesitar alrededor de un mes mientras vuelve poco a poco a sus actividades diarias normales”, dice él. “Incluso los pacientes que se recuperan bien tienden a experimentar fatiga y descubren que a menudo tienen dificultades para concentrarse”. También dice que es importante vigilar al paciente a lo largo del tiempo para asegurarse de que el aneurisma no reaparezca o de que no se desarrollen nuevos aneurismas.

Aumentando la concienciación de los aneurismas cerebrales

La Sra. Sustaita-Ruiz dice que se siente muy bien ahora y que su vida ha vuelto a la normalidad. “He vuelto a mi rutina habitual, manteniéndome ocupada con mis hijos, mi trabajo y viajando”, dice ella. “Estoy deseando volver a correr medios maratones, incluyendo el próximo Medio Maratón de Miami el próximo enero, si todo va bien”.

Mientras tanto, la Sra. Sustaita-Ruiz se ha convertido en una firme defensora de la concienciación acerca de los aneurismas cerebrales. “Tener un aneurisma cerebral es una experiencia muy aterradora y quiero asegurarme de que la gente entienda cuáles son los factores de riesgo potenciales y cuáles son los síntomas de la rotura de un aneurisma”, dice ella, y añade que hay que prestar atención a las señales que envía el cuerpo. “Nunca me di cuenta de que el dolor que tuve detrás del ojo derecho durante muchos, muchos meses era en realidad un síntoma. Pensaba que era por trabajar demasiado”.

La Sra. Sustaita-Ruiz está agradecida por la atención que recibió en Baptist Health y atribuye su recuperación al Dr. Wicks y al equipo de Miami Neuroscience Institute. “El nivel de tratamiento que recibí en Miami Neuroscience Institute fue impecable. Todos allí tienen tanta profesionalidad y paciencia”, dice ella. “El Dr. Wicks ha sido increíble. Su conocimiento de la tecnología moderna y de cómo utilizarla para tratar los aneurismas cerebrales rotos es en gran medida lo que me ayudó a tener el resultado positivo que tuve”.

La tecnología más avanzada de la Florida

El Dr. Wicks dice que la Sra. Sustaita-Ruiz tuvo la suerte de acabar en Miami Neuroscience Institute donde, en conjunto con Miami Cardiac and Vascular Institute, tuvo acceso a la tecnología más avanzada del estado de la Florida para el tratamiento y el manejo de los aneurismas.

“Este es especialmente cierto en el caso de los aneurismas rotos, que pueden requerir algunos tratamientos más complejos”, dice el Dr. Wicks. “Disponemos de algunas de las tecnologías más avanzadas en términos del bobinado y la colocación de dispositivos de desviación del flujo para tratar los aneurismas rotos. Junto con Miami Cardiac & Vascular Institute, Miami Neuroscience Institute ha ayudado a traer muchos de estos dispositivos al Sur de la Florida”.

Si usted o alguien que conoce es diagnosticado con un aneurisma cerebral, el Dr. Wicks dice que es importante buscar atención de un neurointervencionista o neurocirujano. “Ellos son los que mejor pueden determinar el tratamiento más adecuado, incluso si eso significa no realizar ningún tratamiento, sino simplemente monitorear el aneurisma”, dice él.

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