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Lo que debes saber acerca de la enfermedad arterial periférica

Si no sabes mucho acerca de la enfermedad arterial periférica, no eres el único. Según una encuesta reciente, el 70% de la población desconoce esta condición vascular, incluyendo muchas de las personas con mayor riesgo de padecerla.

 

La enfermedad arterial periférica (PAD por sus siglas en inglés) es una enfermedad cardiovascular seria y progresiva que aumenta el riesgo de amputación, ataque cardíaco, infarto cerebral e incluso la muerte. En los Estados Unidos, se calcula que provoca 150,000 amputaciones de piernas al año. Su causa principal es la acumulación de placa grasa en los vasos sanguíneos, una enfermedad conocida como aterosclerosis. La placa estrecha los vasos sanguíneos y reduce el flujo de sangre del corazón al resto del cuerpo.

 

Aunque no todos los pacientes con enfermedad arterial periférica experimentan síntomas perceptibles, la enfermedad arterial periférica suele afectar a las piernas y los pies, causando debilidad, fatiga, dolor o calambres al caminar. Algunas personas ignoran estas señales de advertencia y no se las mencionan a su médico, atribuyéndolas a la vejez, la falta de forma física o el sobrepeso. Pero eso es un error. Según los National Institutes of Health de EE.UU., al menos 8 millones de adultos mayores de 40 años padecen enfermedad arterial periférica, pero a muchos no se les diagnostica en las primeras fases, cuando el tratamiento es más eficaz.

 

“Es importante reconocer las señales y los síntomas de la enfermedad arterial periférica e iniciar rápidamente el tratamiento para mejorar los resultados y reducir los riesgos”, afirma Constantino Peña, M.D., radiólogo intervencionista y director médico de diagnóstico vascular por imagen de Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute. Señala que es probable que muchos casos pasen desapercibidos porque aproximadamente la mitad de las personas con enfermedad arterial periférica no presentan síntomas evidentes. “Probablemente haya más de 10 millones de estadounidenses con enfermedad arterial periférica”, afirma el Dr. Peña, quien añade que esta condición se considera actualmente un indicador principal de enfermedad coronaria, ataque cardíaco e infarto cerebral.

 

Constantino Pena, M.D.

Constantino Peña, M.D., radiólogo intervencionista y director médico de diagnóstico vascular por imagen de Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute

 

Debido a que la enfermedad arterial periférica puede tener graves consecuencias, las organizaciones médicas de todo el país se han unido para concienciar a la población. Septiembre ha sido designado el Mes de la Concienciación sobre la Enfermedad Arterial Periférica para llamar la atención sobre esta enfermedad vascular.

 

¿Quién corre riesgo?

Los tres principales factores de riesgo de la enfermedad arterial periférica son la diabetes, la hipertensión arterial y el consumo de tabaco. Los diabéticos tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de padecer enfermedad arterial periférica, mientras que entre el 35% y el 55% de las personas con enfermedad arterial periférica padecen también hipertensión arterial. Aproximadamente el 80% de los pacientes con enfermedad arterial periférica son fumadores o exfumadores.

 

Un informe publicado a principios de este año señalaba la existencia de disparidades de salud generalizadas a la hora de diagnosticar y tratar la enfermedad arterial periférica. Según la American Heart Association y otros grupos médicos, las personas de raza negra tienen el doble de probabilidades de padecer esta enfermedad y hasta cuatro veces más de sufrir una amputación que los blancos. Según el informe, los hispanos también presentan una enfermedad arterial periférica más avanzada cuando consultan al médico, lo que conlleva peores resultados.

 

Las directrices de tratamiento conjuntas publicadas a principios de este año por los grupos médicos señalaban que el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado de la enfermedad, incluyendo la atención coordinada con un equipo multiespecialidad, son esenciales para reducir el riesgo de amputación, ataque cardíaco, infarto cerebral y muerte.

 

El informe subrayaba la importancia de examinar a los pacientes con factores de riesgo aunque no presenten síntomas, sobre todo si sufren de diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares o insuficiencia renal crónica. 

 

“El grado de enfermedad arterial periférica varía en su severidad y puede incluir desde personas asintomáticas hasta personas con úlceras o heridas que no cicatrizan, y aquellas personas que las que llegan con emergencias que ponen en peligro sus extremidades y deben ser tratadas de inmediato”, afirma Brian Schiro, M.D., radiólogo vascular/intervencionista de Miami Cardiac & Vascular Institute y director médico del Laboratorio Vascular Periférico del Baptist Hospital.

 

Brian Schiro, M.D., radiólogo vascular/intervencionista de Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute y director médico del Laboratorio Vascular Periférico del Baptist Hospital

 

Estar atento a las señales de enfermedad vascular puede ser muy importante. Síntomas como dolor en las piernas, entumecimiento de las extremidades, heridas que no cicatrizan o cambios en el color de la piel deben ser revisados por un médico. Otros síntomas son la falta de vello en las piernas o de crecimiento de las uñas de los pies, y la disminución de la temperatura de la piel, o una piel fina, quebradiza y brillante en las piernas y los pies. Como ocurre con la mayoría de las condiciones, cuanto antes se aborden los problemas vasculares, más éxito tendrá el tratamiento, añade.

 

“Muchos pacientes experimentan claudicación en pantorrillas o nalgas, o dolor al caminar, que mejora con el reposo. Si tiene síntomas inusuales o anormales, acuda al médico para que le examine”, dice el Dr. Schiro. “Recuerda escuchar a tu cuerpo”.

 

¿Cómo se trata la enfermedad arterial periférica?

La enfermedad arterial periférica es un diagnóstico muy tratable que, cuando se detecta a tiempo, rara vez requiere intervención quirúrgica y, por lo general, puede estabilizarse modificando el estilo de vida y con tratamiento médico. Por eso es importante conocer los factores de riesgo, los síntomas y las opciones de tratamiento, afirma el Dr. Schiro.

 

La detección se realiza midiendo la presión arterial en el tobillo y comparándola con la de la parte superior del brazo. Los pacientes también pueden ser referidos a un sonograma, una angiografía por tomografía computarizada (CTA), una angiografía por resonancia magnética (MRA) o una angiografía por catéter que permite a los médicos ver el interior de las arterias de las piernas.

 

Si te diagnostican enfermedad arterial periférica, el tratamiento dependerá de su severidad, localización y estado general de salud, dice el Dr. Schiro. En primer lugar, los médicos quieren asegurarse de que la enfermedad no progresa, por lo que los pacientes suelen tomar medicamentos para reducir la presión arterial y el colesterol. También pueden administrarte medicamentos para prevenir la formación de un coágulo sanguíneo, que puede producirse cuando un vaso sanguíneo se estrecha.

 

En casos más avanzados, las intervenciones incluyen una angioplastia mínimamente invasiva, en la que se introduce un pequeño catéter por una arteria de la muñeca o la ingle y se infla un globo, empujando la placa contra las paredes arteriales. Algunos pacientes pueden necesitar una aterectomía, en la que se extrae la placa de la arteria. Otros pueden someterse a un bypass, en el que se utiliza un vaso sanguíneo de otra parte del cuerpo o un vaso sintético.

 

Una vez diagnosticada la enfermedad arterial periférica, es importante aplicar un plan de cuidados que incluya el tratamiento de los factores de riesgo relacionados con la enfermedad arterial periférica para reducir la probabilidad de progresión, amputación, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Para los pacientes diabéticos, por ejemplo, la atención debe coordinarse para abordar la dieta, el ejercicio, el control del peso, el control de los niveles de azúcar en la sangre y el manejo de otros factores de riesgo cardiovascular. 

 

“El objetivo general es eliminar el dolor al caminar y mejorar el flujo sanguíneo a la pierna afectada para preservar la extremidad [en casos avanzados]”, explica el Dr. Schiro. “Mejorar la movilidad y dar a los pacientes la posibilidad de volver a sus vidas y actividades normales es algo por lo que realmente nos esforzamos. La movilidad y el ejercicio son importantes no sólo para los vasos sanguíneos, sino también para la buena salud del corazón”.

 

Lo que puedes hacer

Debido a que las arterias endurecidas que causan problemas en las piernas también pueden afectar a los vasos sanguíneos del corazón y el cerebro, es importante que hables con tu médico acerca de tu riesgo. Los chequeos periódicos son fundamentales. Las personas con enfermedad arterial periférica suelen padecer otras enfermedades cardiovasculares, según el Dr. Peña. 

 

“Los pacientes con enfermedad arterial periférica corren un mayor riesgo de desarrollar serios problemas en las piernas, pero también tienen una incidencia mucho mayor de ataque cardíaco e infarto cerebral. Como resultado, requieren un tratamiento intensivo y agresivo a través del tiempo”, afirma el Dr. Peña. “Los síntomas de la enfermedad vascular pueden tratarse e incluso revertirse, pero los pacientes deben ser seguidos por un especialista”.

 

Para prevenir las enfermedades cardíacas y vasculares es necesario que la sangre rica en nutrientes fluya sin obstáculos, pero las enfermedades vasculares suelen recibir menos atención. Por eso en septiembre se celebra también el Mes Nacional de la Concienciación sobre las Enfermedades Vasculares. Las enfermedades vasculares abarcan cualquier condición que afecte al sistema circulatorio, incluyendo las enfermedades arteriales, venosas y los coágulos sanguíneos.

 

“En Miami Cardiac & Vascular Institute, adoptamos un enfoque multidisciplinario para tratar a nuestros pacientes”, dice el Dr. Peña. Nos enfocamos en el paciente en su totalidad, desde el diagnóstico hasta el conocimiento de la enfermedad y el tratamiento de la condición del paciente a largo plazo”. Al tratar la enfermedad vascular, el objetivo no es sólo mejorar los síntomas del paciente, sino también prevenir acontecimientos adversos como la amputación de las extremidades, los ataques cardíacos o los infartos cerebrales”.

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