Consejos para mejorar la circulación de los pies con diabetes

Mantener una buena circulación es crucial para todos, especialmente para los que viven con diabetes. Una circulación deficiente puede provocar serias complicaciones, como arteriopatía periférica (PAD por sus siglas en inglés) e isquemia crítica de las extremidades (CLI por sus siglas en inglés).

Existen formas prácticas de mejorar la circulación de los pies, desde remedios caseros hasta intervenciones médicas más avanzadas. Pero es esencial entender bien las condiciones graves, como la arteriopatía periférica y la isquemia crítica de las extremidades, que pueden afectar a la circulación de los pies.

La CLI es el resultado de un flujo sanguíneo inadecuado a las piernas y los pies causado por la aterosclerosis, o acumulación de placa, en las arterias que suministran sangre a las extremidades inferiores. Entre las señales vitales de la CLI, que pueden indicar la necesidad de atención médica inmediata, se encuentran el dolor en la pierna, el tobillo o el pie durante el reposo, especialmente por la noche, y la falta de cicatrización de heridas en las piernas o los pies, con o sin dolor.

Alex Powell, M.D., diagnostic radiologist and vascular interventional radiologist at Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute.

“Lo que puede ocurrir, por ejemplo, es que un paciente con diabetes severa se presente en cualquier consulta médica con una pequeña herida en el pie”, explica Alex Powell, M.D., especialista en radiología diagnóstica y radiología intervencionista vascular en Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute.  “Trágicamente, una historia clásica es después de una pedicura o algo así, o un corte de uñas, una pequeña herida comienza a desarrollarse. Al principio no parece nada. Pero antes de que te des cuenta, con el paso del tiempo, ese paciente puede acabar sufriendo una amputación”.

La arteriopatía periférica (PAD) o enfermedad arterial periférica es una enfermedad que se produce cuando las arterias que suministran sangre a las piernas y los pies se estrechan o se bloquean, a menudo debido a la acumulación de placa. Los tres principales factores de riesgo de la arteriopatía periférica son: la diabetes, la hipertensión arterial y el uso del tabaco.

Aunque no todas las personas con arteriopatía periférica presentan síntomas, muchas pueden sentir debilidad, fatiga, dolor o calambres en las piernas y los pies, sobre todo durante la actividad física.

La detección precoz tanto de la arteriopatía periférica como de la isquemia crítica de las extremidades es fundamental para la prevención.

“Cuanto antes se trate, mejores serán los resultados”, afirma el Dr. Powell. “Si se llega temprano a esta enfermedad, en realidad se puede tratar de forma ambulatoria. Pero si se tiene una herida grande y otras comorbilidades de alto riesgo, y luego se ingresa en el hospital, eso puede llevar a una estancia hospitalaria prolongada. Entonces, estamos avanzando un poco, pero la isquemia crítica de las extremidades sigue estando increíblemente infradiagnosticada y subestimada”.

He aquí algunos consejos prácticos para mejorar la circulación.

1. Mantente activo: El ejercicio regular, como caminar, puede mejorar significativamente la circulación. Intenta realizar al menos 30 minutos de actividad moderada la mayoría de los días de la semana. Consulta siempre a tu profesional de atención de salud antes de iniciar cualquier nueva rutina de ejercicios.
2. Elevación de los pies: Elevar los pies puede ayudar a reducir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo. Intenta apoyar los pies sobre una almohada cuando descanses.
3. Baños de pies tibios: Sumergir los pies en agua tibia (no caliente) puede estimular el flujo sanguíneo. Puedes añadir sal de Epsom para obtener beneficios adicionales, pero evita remojarlos si tienes alguna herida abierta.
4. Masaje: Masajear suavemente los pies y las piernas puede estimular el flujo sanguíneo. Considera el uso de aceites o cremas que proporcionen una sensación de calor.
5. Calcetines de compresión: El uso de calcetines de compresión puede ayudar a mejorar la circulación mediante la aplicación de una suave presión en las piernas y los pies. Asegúrate de elegir un par que se ajuste bien y esté recomendado para pacientes diabéticos.

Consideraciones dietéticas

1. Alimentación sana: Una dieta rica en frutas, vegetales, cereales integrales y proteínas magras puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre y la presión arterial. Los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón y las nueces, también pueden favorecer la salud vascular.
2. Buena hidratación: Beber mucha agua ayuda a mantener una buena circulación sanguínea. Intenta beber al menos 8 vasos al día, adaptándote al nivel de actividad y al clima.

Intervenciones médicas

Si los remedios caseros no son suficientes, consulta a tu médico para una evaluación más detallada. Puede que te recomienden lo siguiente:

1. Medicamentos: Dependiendo de tu situación, pueden ser necesarios medicamentos que mejoren el flujo sanguíneo o disminuyan la presión arterial.
2. Fisioterapia: Un fisioterapeuta puede desarrollar un programa de ejercicios personalizado para mejorar la circulación y la movilidad general.
3. Opciones quirúrgicas: En casos graves de arteriopatía periférica o de isquemia crítica de las extremidades, pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas, como angioplastia o cirugía de bypass, para restablecer el flujo sanguíneo.
4. Chequeos regulares: Programa citas periódicas con tu médico para controlar la salud de tus pies y tratar de inmediato cualquier problema circulatorio.

¿Por qué deben preocuparse las personas con diabetes por los problemas de circulación en los pies?

Las personas con diabetes deben estar especialmente atentas a los problemas de circulación en los pies por varias razones clave:

1. Mayor riesgo de complicaciones: La diabetes puede provocar daños en los nervios (neuropatía) y una circulación sanguínea deficiente, lo que facilita que las lesiones leves en los pies pasen desapercibidas. Cuando la circulación se ve comprometida, la capacidad del cuerpo para curar estas lesiones disminuye, aumentando el riesgo de infecciones y úlceras.
2. Más probabilidades de PAD y CLI: Las personas con diabetes tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de sufrir arteriopatía periférica (PAD). Esta condición restringe el flujo sanguíneo, lo que puede provocar una isquemia crítica de las extremidades (CLI) si no se trata. CLI plantea un riesgo significativo de complicaciones severas, incluyendo la pérdida de las extremidades.
3. Retraso en la curación: Una circulación adecuada es esencial para aportar nutrientes y oxígeno a los tejidos. Cuando el flujo sanguíneo es deficiente, los procesos de cicatrización se ralentizan. Esto significa que incluso pequeños cortes o rasguños pueden convertirse en problemas graves si no cicatrizan correctamente.
4. EI impacto en la calidad de vida: Las complicaciones de la diabetes en los pies pueden provocar dolor crónico, movilidad limitada y dificultades en las actividades cotidianas. Esto no sólo afecta a la salud física, sino que también puede tener repercusiones emocionales y psicológicas.

Mejorar la circulación de los pies es vital para controlar la diabetes y prevenir serias complicaciones. Al incorporar los remedios caseros, mantener un estilo de vida saludable y consultar con el médico cuando sea necesario, puedes tomar medidas proactivas para mejorar la salud de los pies.

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