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La reparación quirúrgica de los aneurismas de la aorta abdominal sigue siendo una importante opción de tratamiento
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Un aneurisma de la aorta abdominal es una zona abultada y debilitada en la pared de la aorta, la arteria más grande del cuerpo humano. La aorta transporta la sangre oxigenada desde el corazón hacia el resto del cuerpo. Cuando un aneurisma es grande o sigue creciendo, puede reventarse o desgarrarse, causando una hemorragia interna y la muerte.
Aunque hoy en día muchos aneurismas se tratan a través de procedimientos mínimamente invasivos en los que se utilizan stents especiales para aliviar la presión sobre la pared debilitada del vaso sanguíneo, ésta no siempre es la mejor solución, dice Anthony Lee, M.D., jefe de cirugía vascular de Boca Raton Regional Hospital, que forma parte de Baptist Health. En este caso, el Dr. Lee determinó que el mejor tratamiento para la Sra. Ross era una reparación quirúrgica abierta.
“Algunas anatomías de AAA son poco adecuadas para ser tratadas con un stent”, dice el Dr. Lee. “Creo que Diane es un gran ejemplo de alguien a quien le ha ido muy bien la cirugía abierta, que se ha recuperado completamente y que ahora está disfrutando de la vuelta al estilo de vida que llevaba antes de la operación”.
En busca de la mejor solución
Según el Dr. Lee, no es extraño que los pacientes acudan a él esperando reparaciones mínimamente invasivas que eviten las grandes incisiones. En algunos casos, otros médicos han sugerido a los pacientes que este enfoque endovascular (stent) podría ser una opción porque requiere una estancia hospitalaria más corta y menos tiempo de recuperación. En otros casos, los pacientes han investigado por su cuenta, a menudo en Internet, y acuden en busca de un tratamiento en particular.
“Mientras que una reparación endovascular y un stent pueden ser una buena opción para algunos pacientes, definitivamente no es para todos”, explica el Dr. Lee, y agrega que en Boca Regional, la condición de cada paciente se evalúa muy cuidadosamente. “El tratamiento debe adaptarse exclusivamente a ese individuo, y en muchos casos la mejor opción puede ser la cirugía abierta”.
Para algunos pacientes, la localización y la complejidad del aneurisma pueden ser factores decisivos. Pero también hay que tener en cuenta otros aspectos. “En nuestra práctica, la decisión de ofrecer una endoprótesis o una cirugía abierta depende realmente de la edad de la persona, su longevidad prevista y su estado de salud”, dice el Dr. Lee.
El Dr. Lee dice que entiende que el consejo de someterse a una cirugía abierta puede ser decepcionante para algunos pacientes, que esperaban una estancia hospitalaria más corta y una recuperación más fácil asociada a los procedimientos endovasculares. Pero es posible que los pacientes no sean conscientes de algunos de los problemas a largo plazo que puede acarrear la reparación endovascular, como la necesidad de realizar TAC frecuentes y la posibilidad de que se produzcan fallos mecánicos en las endoprótesis, lo que puede dar lugar a la necesidad de otra intervención importante unos años después.
“Muchos pacientes están muy preocupados por someterse a una intervención quirúrgica abierta, especialmente por el dolor de la incisión, la recuperación postoperatoria y la vuelta a su estilo de vida anterior”, dice el Dr. Lee. Él se esfuerza por educarles de forma “sincera y franca”. “Si hablamos de los aspectos positivos y negativos de la colocación de un stent versus realizar una cirugía abierta y dedicamos tiempo a explicar por qué su anatomía podría no ser la más adecuada para una endoprótesis, la mayoría de la gente dirá: ‘Dr. Lee, eso tiene sentido. Haga lo que crea que es mejor'”.
Un buen resultado
Eso es exactamente lo que le dijo Diane Ross al Dr. Lee, que tiene unos 25 años de experiencia en la reparación de aneurismas de la aorta abdominal y es considerado un líder en este campo por su habilidad quirúrgica y su incansable búsqueda de soluciones innovadoras.
“Decidiera lo que decidiera, me parecía bien”, dice la Sra. Ross. “Confiaba en él”.
La operación duró alrededor de tres horas. El Dr. Lee extirpó por completo la parte debilitada de la aorta y la sustituyó por un injerto. Como su problema afectaba al suministro de sangre a uno de sus riñones, también tuvo que crear un bypass para preservar la función de ese órgano vital.
La Sra. Ross estuvo en el hospital por alrededor de cuatro días y se recuperó completamente en unas 10 semanas. “Puedo hacer todo lo que hacía antes, así que estoy bien”, dice la Sra. Ross, que vive en Davie. “Estoy muy bien. Le doy las gracias al Dr. Lee por haberme salvado la vida”.
En el caso de la Sra. Ross, de 77 años, una recuperación completa era importante porque cuida de su esposo, que tiene Parkinson. También tiene cinco hijos y 10 nietos, y le encanta organizar el brunch de los domingos. “Mi familia significa el mundo para mí”, dice.
El Dr. Lee dice que empatiza completamente con los pacientes que están ansiosos por someterse a una cirugía abierta cuando esperaban un procedimiento menos invasivo. Pero es importante encontrar un cirujano con experiencia que pueda realizar ambos tipos de reparaciones, abiertas y endovasculares, para que la solución que recomiende sea el mejor tratamiento para ese paciente.
Es importante que los pacientes busquen ayuda en un centro médico como Boca Raton Regional Hospital, que cuenta con una amplia gama de expertos altamente entrenados y maneja un gran volumen de estos casos.
“No puedo enfatizar lo suficiente la importancia de un enfoque multidisciplinario para el éxito de estas cirugías aórticas abiertas, empezando por una buena anestesia”, dice el Dr. Lee. “En Boca Regional, trabajando en estrecha colaboración con la Dra. Leslie Renfro, experta en técnicas de anestesia regional, colocamos un catéter muy pequeño en la espalda del paciente justo antes de la cirugía, y esto ha hecho que la incisión de la cirugía sea casi indolora”.
El tiempo de recuperación anticipado suele durar menos de 12 semanas, como en el case de la Sra. Ross.
“Cuando se trata de reparar un aneurisma de la aorta, la elección del tratamiento debe ser la correcta y, lo que es más importante, debe resultar en una solución permanente”, dice el Dr. Lee. “Si lo hace correctamente un cirujano vascular experto, se puede disfrutar de una excelente calidad de vida durante muchos años sin preocuparse de que se rompa el stent, de la necesidad de visitas frecuentes al médico o de la posibilidad de necesitar otra intervención dentro de cinco a siete años”.
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