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Ruptura de malformación arteriovenosa cerebral (AVM) diagnosticada durante el embarazo
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Puede parecer el "peor dolor de cabeza de su vida", dicen los neurólogos de Baptist Health sobre lo que ocurre cuando alguien sufre la rotura de una malformación arteriovenosa cerebral o AVM por sus siglas en inglés. En el caso de Jessica Velandia, de 33 años y embarazada en aquel momento, el dolor de cabeza le sobrevino el pasado mes de junio mientras conducía hacia la peluquería en un día normal para la futura mamá que se encontraba saludable.
"Estaba en el carro y sentí un fuerte dolor de cabeza, y yo no suelo tener dolores de cabeza, y mucho menos migrañas", recuerda la Sra. Velandia, nacida en Fort Lauderdale y que vivía entonces en Boca Ratón con su esposo y sus dos hijos pequeños. "Realmente sentí que era una migraña porque era como un dolor de cabeza que nunca había experimentado antes. Era tan fuerte que empezó a afectarme al ojo derecho".
La Sra. Velandia llamó a su obstetra para pedir consejo y le indicaron que acudiera inmediatamente a la sala de emergencia más cercana. "Estaba aterrorizada. No sabía si volvería a casa esa noche. No sabía cuánto tiempo iban a tenerme en el hospital", dice la Sra. Velandia. "Todo estaba en modo de emergencia a mi alrededor. Estaba preocupada y también me sentía sola". Llamó a su esposo, que estaba en Europa de viaje de negocios, y él inmediatamente se montó en el próximo avión y estuvo a su lado al día siguiente.
(No deje de verlo: Jessica Velandia recuerda cómo fue sufrir una hemorragia, o sangrado cerebral, cuando le faltaban pocas semanas para dar a luz a su bebé. Vídeo en inglés por Michael Justiz.)
Siempre es bueno buscar atención médica urgente ante la aparición inesperada y repentina de un dolor de cabeza intenso, porque puede representar una seria condición médica, como una hemorragia o sangrado cerebral, dice Guilherme Dabus, M.D., codirector de neurorradiología intervencionista y subjefe del departamento de neurociencia de Baptist Health Miami Neuroscience Institute.
Guilherme Dabus, M.D., codirector de neurorradiología intervencionista y
subjefe del departamento de neurociencia de Baptist Health Miami Neuroscience Institute
Un escán por CT reveló que la Sra. Velandia tenía una hemorragia en la región occipital izquierda, en la parte posterior del cerebro. "Gracias a nuestras especialidades en neurocirugía y neurorradiología, pudimos determinar que la causa real de la hemorragia era una malformación arteriovenosa", explica el Dr. Dabus.
Una maraña de venas y arterias
"La Sra. Velandia estaba embarazada de 33 semanas cuando sufrió la hemorragia, causada por una enfermedad rara conocida como malformación arteriovenosa cerebral", dice Robert Wicks, M.D., codirector de cirugía cerebrovascular y director del Laboratorio de Anatomía Neuroquirúrgica de Miami Neuroscience Institute. "Los AVM son en realidad bastante raros. Básicamente son una maraña de arterias y venas dentro del cerebro que son muy frágiles y, por lo tanto, propensas a causar una hemorragia".
Robert Wicks, M.D., codirector de cirugía cerebrovascular y director
del Laboratorio de Anatomía Neuroquirúrgica de Miami Neuroscience Institute
Tratando a dos pacientes, no a uno
Estar embarazada complicó aún más el tratamiento de la Sra. Velandia. "Uno de los retos del tratamiento de una hemorragia cerebral en una paciente embarazada es que hay que recordar que en realidad se está tratando a dos pacientes", dice el Dr. Wicks. "Queremos evaluar completamente la causa de la hemorragia, pero también queremos limitar cualquier lesión potencial para el bebé de distintas pruebas o estudios de imagen, algunos de los cuales requieren dosis muy bajas de radiación."
La Sra. Velandia dice que tanto ella como su obstetra estaban preocupados por su bebé y estaban a favor de retrasar el tratamiento un mes o algo así. "Mi obstetra estaba luchando para que esperaran hasta que el bebé estuviera de 37 semanas para que pudiera nacer a término y con seguridad", dice, y añade que su embarazo le impidió hacerse una angiografía, un primer paso crucial en su tratamiento.
Un angiografía se considera el método de referencia para evaluar las posibles causas de una hemorragia cerebral por medio de rayos X, angiografía por tomografía computarizada (CTA) o angiografía por resonancia magnética (MRA), explica el Dr. Wicks.
"No queremos estresar indebidamente a la madre ni al bebé, así que si podemos evaluar a fondo la causa de la hemorragia pero retrasar el tratamiento hasta después del embarazo, y solemos optar por esa vía", dice el Dr. Wicks. La Sra. Velandia aceptó las recomendaciones de su equipo médico de que el tratamiento de su AVM tuviera lugar después del parto.
La Sra. Velandia dio a luz a una niña saludable el 13 de julio y, una vez le dieron la autorización para el procedimiento, el Dr. Dabus realizó el angiograma – una angiografía cerebral diagnóstica, como se denomina en este caso – para obtener una imagen clara de lo que ocurría en el cerebro de su paciente.
"Se trata de un procedimiento con catéter que nos permitió trazar un mapa de los vasos cerebrales y determinar el aspecto real del AVM", explica el Dr. Dabus. Teníamos que saber qué lo alimentaba, cómo drenaba y dónde se encontraba exactamente. Sólo entonces podríamos elaborar el mejor plan de tratamiento".
El tratamiento de las AVM requiere un equipo
Una vez identificado el AVM en el cerebro de la Sra. Velandia, el Dr. Wicks y el Dr. Dabus discutieron las opciones de tratamiento con su paciente. Según el Dr. Wicks, el tratamiento de un AVM requiere un equipo multidisciplinar de neurólogos, neurocirujanos y neurorradiólogos. Trabajando juntos, pueden determinar qué enfoque es el más seguro para el paciente y ofrece el mejor resultado posible. “El tratamiento de las AVM es bastante complejo, por lo que adoptamos un enfoque en varios pasos", señala el Dr. Wicks. "Un riesgo potencial de operar las AVM es que, al ser tan frágiles, pueden romperse fácilmente y causar hemorragias masivas".
Teniendo en cuenta la joven edad de la Sra. Velandia, el aspecto de su AVM y su localización, se acordó que lo mejor sería una intervención en dos fases. El primer procedimiento, realizado por el Dr. Dabus el 22 de septiembre, consistió en una embolización para reducir el riesgo de hemorragia durante la intervención quirúrgica que le siguió.
"Una embolización es una intervención quirúrgica con catéter que se realiza bajo anestesia general y consiste en acercarse a la localización de la malformación arteriovenosa con unos pequeños tubos de plástico llamados microcatéteres e inyectar un tipo de pegamento médico para bloquear algunos de esos vasos", explica el Dr. Dabus. "No siempre es posible cerrar completamente estos vasos, pero en este caso pudimos reducir el flujo sanguíneo a la AVM en un 50% aproximadamente".
El procedimiento no está exento de riesgos, añade el Dr. Dabus, y requiere gran pericia. "Al insertar el microcatéter se puede perforar fácilmente un vaso y romperlo, por lo que hay que tener mucho cuidado".
Extirpación quirúrgica del AVM
La embolización de la Sra. Velandia fue seguida al día siguiente de una craneotomía, realizada por el Dr. Wicks, para extirpar quirúrgicamente su AVM. Utilizando un microscopio y un sistema de diagnóstico por imagen, el Dr. Wicks fue paso a paso para limitar la pérdida de sangre o las lesiones cerebrales y pudo extirpar la AVM. Un angiograma de seguimiento confirmó que la intervención había sido un éxito y que la AVM de la Sra. Velandia había desaparecido.
"Pudimos tratar su AVM, tanto desde el punto de vista endovascular como neuroquirúrgico, y tratar la malformación de forma segura, lo que le permitió recuperarse completamente sin déficits significativos a largo plazo", dice el Dr. Wicks. "Hoy ha vuelto a sus actividades normales y cuida de su bebé y de su familia. Para nosotros, eso es un gran resultado".
Ahora disfruta al máximo de la vida familiar
"Mi recuperación fue algo fuerte", admite la Sra. Velandia, que sufrió dolores de cabeza, mareos y otros efectos secundarios durante un tiempo después de la operación. "Físicamente fue muy duro. Los dolores de cabeza eran muy fuertes e iban y venían. También me mareaba. Pero al mismo tiempo, sentía mucho alivio y gratitud porque todo había salido bien y porque, milagrosamente, me encontraba perfectamente bien".
Ahora, dice la Sra. Velandia, su vida ha vuelto a la normalidad. "Me siento muy bien, completamente normal. A veces incluso me olvido de que todo esto está pasando, y entonces, de pronto, veo la cicatriz. Me toco la cicatriz, y entonces recuerdo que, oh, todavía me estoy recuperando de una cirugía mayor".
Además del trabajo en equipo multidisciplinario de Miami Neuroscience Institute, el Dr. Wicks atribuye a la fortaleza y la valentía de la Sra. Velandia por desempeñar un papel en su exitoso resultado.
"Lo que realmente me impresionó de la Sra. Velandia es lo fuerte que es. Fue capaz de pasar por el embarazo, superar la hemorragia con una recuperación completa, tener una bebé saludable, y luego fue capaz de pasar por un tratamiento muy complejo y recuperarse completamente", dice el Dr. Wicks. "Ha tenido una gran valentía durante todo este tratamiento y creo que eso ha sido realmente la clave de su éxito".
En cuanto a la Sra. Velandia, la agradecida paciente dice que ahora puede enfocarse en su creciente familia, que recientemente se trasladó a Venezuela por el trabajo de su esposo. "Estoy deseando dejar esto en el pasado y disfrutar de mi vida al máximo, disfrutando de mi familia", dice. "Afortunadamente estoy bien y mi bebé también. Me veo con mis hijos en un largo futuro".
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