Investigación

Un corredor de 67 años se somete a una operación de baipás en Miami Cardiac & Vascular Institute y termina el Maratón de Boston 5 meses después

Hay que estar en buena forma física y sin problemas de salud para completar 16 maratones (de 26.2 millas cada uno) en el transcurso de ocho años. Ese fue el caso de John Regan a los 67 años en mayo de este año – hasta el momento en que estaba entrenando para otra carrera de larga distancia y de repente sintió una sensación de hormigueo en su brazo y pierna derechos.

Regan, retirado y residente de West Kendall estaba sintiendo los síntomas de un AIT (ataque isquémico transitorio), lo que suele llamarse un “mini infarto cerebral”.

“Casi había terminado de recorrer 10 millas cuando me paré en seco allí mismo, porque caerse en el asfalto no es muy divertido, pero el hormigueo no desapareció”, recuerda el Sr. Regan, que no tenía ningún problema de salud subyacente que conociera en ese momento. “Todavía podía sentirlo. Fui a hablar con la persona que estaba al lado mío y, con una voz que me pareció muy clara, le dije: ‘Creo que estoy sufriendo un infarto cerebral’. Más tarde, esta persona dijo que todo lo que había oído de mí eran murmullos ininteligibles”.

A partir de ese momento, el Sr. Regan tomaría otro tipo de rumbo como ningún otro que hubiera enfrentado como corredor. Éste incluiría varias pruebas de imágenes y detección cardíacas, y una cirugía de baipás mínimamente invasiva realizada por ,  Joseph McGinn, Jr., M.D., quien resulta haber sido el pionero del mismo procedimiento conocido como la “Técnica McGinn”.

Un ‘AIT afortunado (Mini Infarto Cerebral)’

El diagnóstico: El Sr. Regan tenía una obstrucción casi completa (95%) de la arteria descendiente anterior (LAD por sus siglas en inglés), que lleva sangre fresca al corazón y le proporciona el oxígeno que necesita para bombear correctamente. La obstrucción completa de la arteria LAD puede causar lo que se conoce como el ataque cardíaco “widow-maker”.

Recuerda el Sr. Regan: “Fue entonces cuando el personal del Dr. McGinn vino y se refirió a mí como si tuviera un ‘AIT afortunado’. Dijeron que si no lo hubiera tenido, hubiera seguido corriendo y viviendo mi vida diaria, y probablemente me hubiera caído muerto de un ataque al corazón”. 

Su operación de baipás en el Instituto se llevó a cabo el 12 de mayo. Cinco meses después, el pasado 11 de octubre, este paciente cardíaco corrió por sexta vez el Maratón de Boston. Y se propone correr un Maratón de Boston más rápido el año que viene, ya que en su primera carrera de 26.2 millas después de la operación redujo el ritmo intencionalmente por precaución.

“No me preocupé en lo absoluto durante el maratón”, recuerda él. “Me lo tomé con calma desde el principio. Tenía una buena idea de lo que no era capaz de hacer todavía. Así que me limité a trazar un plan en mi cabeza. De todos modos, empecé demasiado rápido, así que intenté ir más despacio intencionalmente”.

Devolviendo a los pacientes cardiacos a una vida normal


Joseph McGinn, Jr., M.D., chief of Cardiac Surgery, Miami Cardiac & Vascular Institute.

El Dr. McGinn cita el caso del Sr. Regan como otro resultado ideal del diagnóstico de una enfermedad arterial coronaria severa y del seguimiento con un “injerto arterial coronario por medio de cirugía cardíaca mínimamente invasiva”, o MICS CABG por sus siglas en inglés. La cirugía consiste en una incisión de unas 2 a 3 pulgadas de largo, realizada en el pecho entre dos costillas, evitando el músculo y la necesidad de tener que romper algún hueso. Es la alternativa cada vez más frecuente a la tradicional “cirugía de corazón abierto”, que puede tener más complicaciones y una recuperación mucho más larga.

“Es algo estupendo”, dice el Dr. McGinn, refiriéndose a la participación del Sr. Regan en el Maratón de Boston. “Realmente es emblemático de lo que intentamos hacer. Intentamos que los pacientes con enfermedades cardíacas críticas que ponen en peligro su vida vuelvan a la normalidad en el menor tiempo posible. Es sólo uno de los muchos ejemplos de personas que vuelven a lo que hacen, ya sea correr, volver al trabajo, volver a jugar al golf… volver a la vida normal”.

El camino hacia el diagnóstico y la cirugía del Sr. Regan

El día de su mini infarto cerebral, o AIT, el Sr. Regan primero recibió atención en el departamento de emergencia de West Kendall Baptist Hospital, y luego se sometió a pruebas cardíacas más exhaustivas en Miami Cardiac & Vascular Institute. Sus signos vitales eran bastante normales, incluyendo la presión sanguínea. Se le realizó un ecocardiograma, un procedimiento no invasivo que comprueba el funcionamiento y las estructuras del corazón mediante ondas de sonido que se envían a una computadora y crean una imagen en movimiento. Esa prueba resultó normal.

Después se sometió a un escán de calcio coronario que mide la cantidad de calcio en las arterias. La presencia de depósitos de calcio en una arteria representa la placa que se ha acumulado. Los resultados se dan en forma de una puntuación de calcio, y una puntuación de 100 a 300 representa depósitos de placa moderados. El escán puede ayudar a predecir el riesgo de sufrir un ataque cardiaco, incluso antes de que aparezcan los síntomas. El Dr. McGinn dijo que la puntuación de calcio del Sr. Regan era un alarmante 1,017.

El equipo del Laboratorio de Cateterismo Cardíaco del Instituto remitió al Sr. Regan al Dr. McGinn. Un “cateterismo cardíaco” es un procedimiento de diagnóstico invasivo para determinar si existen obstrucciones en las arterias que llevan sangre al músculo cardíaco, así como también la ubicación y la gravedad de estas obstrucciones. Marcus St. John. M.D., cardiólogo intervencionista, es el director médico del Laboratorio de Cateterismo Cardíaco.

“Lo próximo que me dijeron era que el Dr. St. John me iba a poner un stent al día siguiente”, recuerda el Sr. Regan. “Luego dijo que no iba a funcionar porque la arteria estaba obstruida entre un 90 y un 100 por ciento”.

Cirugía cardiaca y una pronta recuperación

El 12 de mayo, el Sr. Regan se sometió a la cirugía MICS CABG realizada por un equipo dirigido por el Dr. McGinn.

“Todo el sistema funcionó realmente para él porque llegó y se aseguraron de buscar bajo todas las piedras para averiguar qué estaba pasando”, dice el Dr. McGinn. “Encontraron algo que era crítico antes de que pudiera causarle un ataque cardíaco mayor. Él no sabía que tenía una obstrucción del 95% en la arteria que podría haberle costado la vida”.

El Sr. Regan recuerda que al despertarse de la operación le preguntaron cómo se sentía.

“Dije que me sentía como si me hubiera atropellado un camión y me dijeron que eso sonaba correcto”, recuerda. “Pero me levantaron de la cama al día siguiente. No tengo ni una sola queja de nada de lo que pasó en Baptist Health, en West Kendall o en el Instituto. Todo el mundo fue muy amable y me ayudaron mucho”.

Su recuperación le fue muy bien. Tras ser operado un miércoles, salió del hospital el sábado siguiente, tres días después. Ese lunes, apenas cinco días después de la operación, caminó una milla, una milla lenta. Sin embargo, fue aumentando el ritmo poco a poco. En julio, ya estaba entrenando para la Maratón de Boston.

“Cuando lo vimos en la consulta para una visita de seguimiento, estaba muy bien y le dimos el visto bueno para que volviera a la actividad plena”, dijo el Dr. McGinn. “Normalmente, con el CABG MICs, el paciente puede volver a la actividad casi inmediatamente. Lo vimos el 21 de mayo. Así que, eso fue nueve días después de su cirugía, y le dimos luz verde para volver a correr y hacer lo que quiere hacer.”

El Sr. Regan ha vuelto a su afición por las carreras de larga distancia con una actitud aún decidida, pero un poco más cautelosa. Su próximo maratón será el evento de Boston nuevamente, que en el 2022 volverá a su fecha de abril anterior a la pandemia, dentro de sólo seis meses.

“Puedo volver a estar donde se supone que esté para el próximo mes de abril”, dice él. “Si no, tendré una idea de lo que podré hacer de ahora en adelante. Sin embargo, mi mentalidad es: Voy a volver a donde estaba”.

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