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La investigación ofrece prometedores avances para los pacientes con tumores cerebrales
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Para los casi 100,000 estadounidenses a los que se le espera diagnosticar un tumor cerebral primario en 2024, recibir la noticia será probablemente alarmante. Sin embargo, los médicos-investigadores de Miami Cancer Institute y Miami Neuroscience Institute, que forman parte de Baptist Health, tienen motivos para ser optimistas. Su investigación más prometedora, ensayos clínicos en los que ya participan algunos de sus pacientes, podría revolucionar la forma de diagnosticar y tratar los tumores cerebrales.
Manmeet Ahluwalia, M.D., MBA, FASCO, titular de la Cátedra de Investigación Oncológica de la Fernández Family Foundation, además de jefe de oncología médica, director científico y subdirector de Baptist Health Miami Cancer Institute y Baptist Health Cancer Care
"Es emocionante inaugurar una era de nuevas oportunidades para nuestros pacientes", afirma Manmeet Ahluwalia, M.D., MBA, FASCO, una autoridad mundial en cáncer cerebral. También es titular de la Cátedra de Investigación Oncológica de la Fernández Family Foundation, además de jefe de oncología médica, director científico y subdirector de Miami Cancer Institute y Baptist Health Cancer Care.
"Los descubrimientos que están ocurriendo rápidamente no serían posibles sin la colaboración entre oncólogos, neurocirujanos y neurólogos, radioterapeutas y todo el equipo de atención de salud", afirma Michael McDermott, M.D. neurocirujano y director médico de Miami Neuroscience Institute.
Michael McDermott, M.D., neurocirujano y director médico de Baptist Health Miami Neuroscience Institute
Aunque existen más de 100 tipos de tumores cerebrales (no todos son malignos), el glioblastoma, el tumor cerebral más frecuente y agresivo, se encuentra en el centro de gran parte de la investigación conjunta de los médicos. Normalmente, los pacientes sólo viven entre 16 y 18 meses después del diagnóstico.
Entre los retos del tratamiento de los tumores cerebrales es su ubicación, en el órgano más complejo del cuerpo. La barrera hematoencefálica, una capa de células que protegen el cerebro de toxinas y gérmenes nocivos, también dificulta que algunos medicamentos, como fármacos quimioterápicos, lleguen al cáncer dentro del cerebro. Además, las biopsias han requerido un abordaje quirúrgico invasivo, que siempre conlleva riesgos, molestias y estrés para el paciente.
Los doctores Ahluwalia y McDermott están entusiasmados con un ensayo clínico internacional que dirigen llamado LIBERATE, que utiliza ultrasonidos enfocados de baja intensidad (LIFU) para realizar una biopsia líquida de un tumor cerebral. Durante la LIFU, la barrera hematoencefálica se interrumpe temporalmente, lo que permite que el ADN tumoral se filtre al torrente sanguíneo, donde puede detectarse en un análisis de sangre.
A los pacientes del ensayo se les extrae sangre antes del procedimiento. Después de la LIFU, se toman otras tres muestras de sangre a lo largo de varias horas. En el estudio se espera "observar al menos un aumento del doble en el ADN tumoral circulante (ADNtc) de los pacientes con glioblastoma, ya sean recién diagnosticados o con enfermedad recurrente", afirma el Dr. Ahluwalia.
Actualmente, la LIFU no ofrece ningún beneficio terapéutico a los pacientes, pero los médicos esperan que sí lo haga en el futuro, cuando puedan identificar las moléculas de ctADN y realizar un diagnóstico y/o determinar el éxito de la terapia. Con una biopsia líquida, el paciente también puede recibir tratamiento contra el cáncer en cuanto estén listos los resultados. En cambio, una biopsia quirúrgica puede requerir un proceso de cicatrización de tres a cuatro semanas antes de poder comenzar el tratamiento.
Otro ensayo disponible para los pacientes a través de los Institutos es LIMITLESS, para pacientes específicos cuyo cáncer de pulmón primario de células no pequeñas ha hecho metástasis en el cerebro. En él se estudia el beneficio de utilizar LIFU combinado con inmunoterapia. Los equipos de ambos institutos también colaboran en ensayos clínicos que utilizan radioterapia y otras tecnologías para tratar tumores cerebrales.
Los médicos-investigadores afirman que los pacientes que se inscriben en ensayos clínicos comprenden que un estudio concreto puede no beneficiarles directamente, pero a menudo lo hacen para ayudar a otros. "Creo que ofrece a los pacientes la oportunidad de contribuir a la ciencia médica y la nueva información puede ayudar a sus semejantes en el futuro", afirma el Dr. McDermott.
El enfoque de equipo multidisciplinar de Miami Cancer Institute y Miami Neuroscience Institute también puede significar un avance más rápido en el uso de una tecnología o tratamiento para otros trastornos de salud.
"Fuera del mundo de la oncología, hemos tenido un gran éxito utilizando ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU) para tratar el temblor esencial. Los beneficios han sido espectaculares e instantáneos", afirma el Dr. McDermott. "El hecho de que LIFU tenga la capacidad de abrir la barrera hematoencefálica abre posibilidades para los pacientes con la enfermedad de Alzheimer. Podríamos combinar LIFU con nuevos medicamentos para ver si logramos estabilizar mejor la enfermedad o revertir algunas de las dificultades cognitivas del paciente, lo que sería una gran mejora para su calidad de vida. Creo que es un avance maravilloso para la medicina en varias áreas de subespecialidad".
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