Investigación
La atención mínimamente invasiva ayuda a un administrador jubilado de FIU a superar un ataque al corazón
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Publicado: February 17, 2022
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Después de someterse a una cirugía de bypass coronario cuádruple, muchos pacientes podrían dudar en mostrar sus cicatrices. Pero ese no es el case de Larry Lunsford. Él muestra con orgullo las incisiones de su reciente operación, no porque sean grandes o dramáticas, sino porque son sorprendentemente pequeñas.
El Dr. Lunsford, vicepresidente jubilado de asuntos estudiantiles de Florida International University, se considera afortunado de haberse sometido a una operación de bypass en Miami Cardiac & Vascular Institute, mediante una técnica mínimamente invasiva de la que fue pionero el jefe de cirugía cardíaca del Instituto, Joseph McGinn Jr., M.D.
En lugar del método tradicional que requiere abrir el pecho del paciente, separar el esternón y retraer las costillas, la cirugía de bypass mínimamente invasiva de la arteria coronaria del Dr. McGinn accede a las arterias obstruidas a través de una pequeña incisión de dos a tres pulgadas entre las costillas. Utilizando una cámara para guiarse dentro del pecho, el Dr. McGinn opera el corazón latiente en lugar de detener el corazón y utilizar una máquina cardiopulmonar. Como resultado, los pacientes tienen menos dolor, una recuperación más rápida y una incisión muy pequeña.
A las pocas semanas de su operación de diciembre, el Dr. Lunsford, de 69 años, volvió a sus actividades normales y a mostrar su pequeña cicatriz a cualquiera que esté dispuesto a mirar.
“No soy tímido”, dice el Dr. Lunsford, que se retiró de FIU en 2019 después de casi 30 años en la universidad. “Todo el mundo se asombra de la cirugía y de lo bien que me he recuperado”.
Enfrentando el diagnóstico
Al enterarse de que necesitaba una cirugía de bypass de la arteria coronaria a principios de diciembre, el Dr. Lunsford se mostró preocupado y cabizbajo. El procedimiento se utiliza para tratar el estrechamiento de las arterias que suministran oxígeno y nutrientes al corazón. Se recomienda cuando las arterias están tan obstruidas por la acumulación de un material graso llamado placa que los pacientes corren un alto riesgo de sufrir un ataque al cardíaco.”Yo tenía las cuatro arterias obstruidas, una de ellas casi por completo”, dice el Dr. Lunsford. “Era una bomba de tiempo andante”.
El Dr. Lunsford sabía que la recuperación de la cirugía de bypass tradicional puede ser dolorosa y agotadora. Vio cómo es eso cuando el hermano de su esposa se sometió a un bypass cuádruple en Filadelfia el año anterior y tuvo que luchar bastante después de que le abrieran el pecho. “Le abrieron el esternón y tardó meses y meses en recuperarse”, dice. Por eso, cuando al Dr. Lunsford le ofrecieron un procedimiento mínimamente invasivo que prescindía de la necesidad de abrirle el pecho o cortarle algún músculo, “le di la bienvenida”.
Unas 500,000 cirugías de bypass coronario se realizan cada año en los Estados Unidos, pero sólo un 5 por ciento de ellas se llevan a cabo con este enfoque innovador, dice el Dr. McGinn, que enseña la técnica a otros médicos de todo el mundo. “Cuando se dispone de una alternativa como ésta, resulta muy útil”, explica el Dr. McGinn.
Aunque muchos cirujanos cardíacos aún no utilizan la técnica mínimamente invasiva, el Dr. Lunsford dice que tiene sentido. Se siente agradecido por haber buscado atención en Miami Cardiac & Vascular Institute, que ha estado a la vanguardia de la innovación y los procedimientos mínimamente invasivos. “Espero que se ponga de moda y que sea el método de cirugía en el futuro para los bypass”, dice el Dr. Lunsford. “Me parece increíble. Mi cuñado… ¿Por qué no hacía esto su médico?”.
La conexión genética
El Dr. Lunsford se sometió a su cirugía con el Dr. McGinn y su equipo de Miami Cardiac & Vascular Institute el 6 de diciembre. Unos días más tarde fue dado de alta de Baptist Hospital y poco después volvió a su rutina habitual de jardinería y de caminar tres kilómetros al día. “Diría que he vuelto en un 98% a donde estaba antes de la operación”, dice él.
El Dr. Lunsford siempre ha estado en forma y ha sido atleta, corriendo una maratón en su juventud. En FIU, jugaba racketball todas las semanas, a menudo con estudiantes. En los últimos años cambió el correr por el caminar porque era menos estresante para sus rodillas, pero ha seguido haciendo la actividad física una parte de su vida diaria. También ha hecho de las visitas a su cardiólogo de Miami Cardiac & Vascular Institute, Percy Aitken, M.D. una parte de su rutina de salud. El descubrimiento de sus arterias obstruidas ocurrió luego de una visita al Dr. Aitken el pasado otoño, cuando el Dr. Lunsford solicitó una prueba de esfuerzo.
Una de las razones por las que el Dr. Lunsford dice que ha sido tan diligente con la salud de su corazón es su historial familiar. Su padre y su hermano murieron de infartos cerebrales: su padre a los 62 años y su hermano a los 42. Su madre también sufrió varios ataques cardíacos e infartos cerebrales durante su vida. “Por eso empecé a ir al cardiólogo hace más de 20 años y tengo visitas anuales, sólo para chequearme”, dice.
Aun así, no esperaba un mal resultado de su prueba de esfuerzo ni que los esfuerzos por desobstruir sus arterias por vía percutánea en el laboratorio de cateterismo con el cardiólogo intervencionista Bernardo López Sanabria, M.D. tuvieran que interrumpirse porque la obstrucción era demasiado extensa.
Cuando le dijeron que tenía que someterse a una cirugía de bypass a pesar de haberlo hecho todo bien, “me sentí decepcionado”, dice él. “No tenía síntomas. Hago ejercicio. Estoy en bastante buena forma desde que me retiré y camino dos millas todos los días. Y tengo una buena dieta”.
Sin embargo, por mucho que lo intentara, no pudo evitar su herencia, dice.
Un gran resultado
El caso del Dr. Lunsford es un gran ejemplo de por qué es importante que incluso las personas que se consideran saludables conozcan sus antecedentes familiares y acudan a sus médicos con regularidad, dice el Dr. Aiken. También subraya la importancia de llevar un estilo de vida saludable.
“Su autocuidado dio sus frutos, ya que desarrolló una enfermedad cardíaca arterioesclerótica a finales de sus 60, en lugar de a los 40, como algunos de sus familiares”, dice el Dr. Aitken. “También subraya la importancia de la vigilancia y de tener un umbral bajo para investigar en un paciente con antecedentes familiares de enfermedad arterial coronaria”.
Al Dr. Lunsford no le gusta pensar en lo que podría haber pasado si no se hubiera hecho esa prueba de esfuerzo.
“Para ser sincero, probablemente no estaría hablando con usted hoy”, dice.
El Dr. Lunsford aconseja a cualquier otra persona que necesite una operación de bypass que se informe sobre el método mínimamente invasivo al que él se sometió con el Dr. McGinn, y que se asegure de que su cirujano tenga experiencia. “Les diría que pregunten a su cardiólogo sobre este método. ¿Existe alguna posibilidad de someterse a este tipo de cirugía en lugar de otro enfoque tradicional?”, dice él. “Me he recuperado muy bien, y creo que esto se debe al tipo de cirugía que hizo el Dr. McGinn”.
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