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Vida

¿Quiere mejorar la salud de su corazón? Empiece con ‘Life’s Essential Eight’

Si se encuentra en un momento de su vida en el que su salud cardiovascular se ha convertido en una preocupación, si no en un problema, hay medidas que puede tomar a partir de hoy para prevenir e incluso revertir las enfermedades cardiovasculares, según un experto de Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute.

 

Todo empieza con “Life’s Essential Eight,” recomendaciones recientemente actualizadas de la American Heart Association (AHA) que consisten de cinco factores de estilo de vida y tres indicadores de salud más vitales para lograr una salud cardiovascular óptima y disminuir drásticamente su riesgo de ataque cardíaco, infarto cerebral o diabetes tipo 2.

 

“‘Life’s Essential Eight nació del  Million Heart Program que fue puesto en marcha en el año 2010 por la AHA y el American College of Cardiology", afirma Theodore Feldman, M.D., cardiólogo con más de 35 años de experiencia. Como director médico de Prevención y Salud Comunitaria de Miami Cardiac & Vascular Institute, y codirector médico de su Programa de Manejo de Lípidos, el Dr. Feldman se especializa en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades cardiovasculares complejas y sus factores de riesgo.

 

"La idea era que, si nos enfocábamos en estas sencillas medidas, podríamos prevenir un millón de infartos de ataques cardíacos e infartos cerebrales en los Estados Unidos entre el 2010 y el 2020", explica el Dr. Feldman. Ayudando a pacientes y médicos a entender sus parámetros y la importancia de mejorarlos, la AHA esperaba reducir los ataques cardíacos y los infartos cerebrales en EE.UU. en un 20% para 2020 y en un 25% para el 2025, afirma.

 

¿Qué es “Life’s Essential Eight?”

Según el Dr. Feldman, “Life’s Essential Eight” consisten de factores relacionados con el estilo de vida, como seguir una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad, controlar el peso y no fumar ni vapear ni exponerse al humo de segunda mano.

 

Theodore Feldman MD

Theodore Feldman, M.D., director médico de Prevención y Salud Comunitaria de Miami Cardiac & Vascular Institute, y codirector médico de su Programa de Manejo de Lípidos

 

"¿Come cinco raciones de frutas y vegetales al día? ¿Realiza al menos 150 minutos de ejercicio cardiovascular a la semana? ¿Tiene más de 50 libras de sobrepeso? ¿Fuma o ha fumado alguna vez? Sabemos que todos estos factores pueden influir positiva o negativamente en su salud cardiovascular", señala el Dr. Feldman.

 

La duración del sueño es otro aspecto que ha demostrado ser vital para la salud cardiovascular, hasta el punto de que el año pasado la AHA actualizó sus directrices después de que un repaso de estudios clínicos pusiera de relieve su importancia. El Dr. Feldman señala que el ser humano pasa un tercio de su vida durmiendo y advierte de que un sueño inadecuado está detrás de una serie de trastornos serios de la salud.

 

"Clínicamente, sabemos que una mala salud del sueño conduce a la obesidad, la apnea del sueño, las enfermedades del corazón y más", dice el Dr. Feldman. "También sabemos que si no dormimos lo suficiente, los beneficios de todos esos otros factores durante las horas de vigilia se reducen drásticamente". Según la AHA, lo ideal para los adultos es dormir entre siete y nueve horas diarias, pero los niños necesitan aún más. Los intervalos ideales de sueño diario para los niños son de 10 a 16 horas para los de 5 años o menos; de 9 a 12 horas para los de 6 a 12 años; y de 8 a 10 horas para los de 13 a 18 años.

 

Además de los cinco factores del estilo de vida, hay tres indicadores médicos – el nivel de colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad), el nivel de azúcar en la sangre y la presión arterial – que según el Dr. Feldman, son señales de alarma de enfermedad cardiovascular. "Para un paciente promedio con buena salud, queremos ver un nivel normal de azúcar en la sangre, un LDL por debajo de 100 y una presión arterial por debajo de 120 sobre 80", afirma.

 

El síndrome metabólico es un problema creciente

El problema no es sólo cuando uno de estos indicadores está elevado, dice el Dr. Feldman. Los pacientes con varias de estas condiciones simultáneamente tienen lo que se conoce como síndrome metabólico, una condición más seria que debe tratarse de forma agresiva y seguirse de cerca.

 

"El síndrome metabólico se refiere a un grupo de cinco condiciones que pueden incluir presión alta, altos niveles de azúcar en la sangre, exceso de grasa abdominal, niveles altos de triglicéridos y niveles bajos de colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad)", explica el Dr. Feldman. "Si se tienen tres de estos factores juntos, aumenta exponencialmente el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, infartos cerebrales y diabetes tipo 2".

 

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC), el número de estadounidenses con síndrome metabólico sigue creciendo. Entre los adultos estadounidenses de 18 años o más, la prevalencia del síndrome metabólico aumentó más de un 35% desde el 1988 hasta el 2012, pasando del 25.3% al 34.2%.

 

Los cambios en el estilo de vida no siempre son fáciles

Dada esta tendencia, quizá no venga como sorpresa que el número de estadounidenses que obtendrían una buena puntuación en todos los aspectos de "Life’s Essential Eight" sea extremadamente bajo, afirma el Dr. Feldman. Sólo el uno por ciento de los adultos estadounidenses obtuvo una puntuación perfecta en todas las métricas, afirma en relación con los resultados del estudio inicial.

 

"Hay una diferencia entre saber lo que hay que hacer y lograrlo", reconoce el Dr. Feldman, y añade que empezar un hábito saludable puede ser tan difícil como abandonar uno poco saludable. "Los cambios de estilo de vida no siempre son fáciles. Conseguir que alguien deje de fumar, coma menos o haga más ejercicio puede ser todo un reto. Por ejemplo, si tomamos 100 pacientes con un IMC (índice de masa corporal) obeso de más de 30, sólo uno de ellos podrá reducirlo por debajo de 25".

 

Una epidemia de obesidad y fibrilación auricular

El Dr. Feldman afirma que la obesidad es en sí misma un factor que contribuye significativamente a las enfermedades cardíacas, y que los estadounidenses aumentan de peso década tras década. "En el 1981, sólo el 11 por ciento de los adultos estadounidenses eran clínicamente obesos, lo que significa que tenían un IMC de 30 o más. En el 2020, esa cifra se habrá cuadruplicado hasta el 40%", señala.

 

La obesidad es responsable por 60 enfermedades distintas, según el Dr. Feldman, muchas de ellas cardiovasculares, como la apnea obstructiva del sueño y la fibrilación auricular. "La fibrilación auricular, que se desarrolla debido al engrosamiento del corazón a medida que el cuerpo se vuelve cada vez más obeso, se encuentra en niveles epidémicos aquí en los EE.UU.", dice. "También se ha producido un aumento dramático de la diabetes, o 'diabesidad', como yo la llamo".

 

Mover las métricas reduce el riesgo  

Sin embargo, para las personas que quieren mejorar su salud cardíaca en general, bajar de peso por sí solo no lo logrará, advierte el Dr. Feldman. "También son importantes otros factores relacionados con el estilo de vida. A partir de lo que aprendimos con el Million Heart Program, aquellos que movieron sus métricas y obtuvieron una puntuación perfecta en al menos cinco factores pudieron reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular en un período de 10 años en un 88 por ciento", dice. "Es una cifra asombrosa".

 

El estudio también descubrió que seguir las pautas cardiosaludables del Million Heart Program ofrecía beneficios que iban mucho más allá del propio sistema cardiovascular. "También ayudó a reducir las enfermedades crónicas entre un 50% y un 80%, como el cáncer, la diabetes, la osteoartritis y las enfermedades pulmonares", afirma el Dr. Feldman. "El sobrepeso y el sedentarismo son grandes factores de riesgo de éstas y otras enfermedades".

 

Adoptar los “Life’s Essential Eight” – o al menos tratar de mejorar sus ocho factores esenciales –

te pagará dividendos saludables en el futuro, asegura el Dr. Feldman. "Si la gente prestara atención a sus propios indicadores y estilos de vida, habría muchas menos enfermedades cardíacas. Colabore con su médico de atención primaria y no pierda de vista sus indicadores", aconseja.

 

Un estilo de vida cardiosaludable puede evitar o reducir la necesidad de terapias adicionales, añade el Dr. Feldman. "El estilo de vida puede marcar una gran diferencia. Aunque funciona mejor en combinación con terapias farmacológicas, puede retrasar e incluso eliminar la necesidad de tomar estatinas para reducir el colesterol, pastillas para la presión arterial y otros medicamentos durante el resto de su vida".

 

 

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