Investigación
Él ha vuelto a caminar y está agradecido por sus cirugías vasculares y su atención de seguimiento en Bethesda Hospital East
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Publicado: March 16, 2022
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Richard Edwards, de 58 años, contratista general basado en Boca Ratón y antiguo paramédico, sabía exactamente lo crítico que era su estado cuando lo llevaron a la sala de emergencia de Bethesda Hospital East luego de sufrir un dolor extremo e inflamación en la pierna izquierda.
Más tarde, en la sala de operaciones, el equipo quirúrgico encabezado por, Reagan Ross, M.D., cirujana vascular, encontró la causa: Un aneurisma de la aorta abdominal (AAA) que había dejado al Sr. Edwards con lo que se conoce como “isquemia crítica de las extremidades”, cuando los tejidos de las piernas y los pies se ven privados de sangre rica en oxígeno. En estos casos no es infrecuente la amputación. Su problema comenzó hace un año este mes.
El Sr. Edwards recuerda que estaba tratando de bajar de peso después de haber dejado de fumar ocho meses antes. Aunque es una persona activa a quien le gusta bucear, pescar con arpón y nadar, el Sr. Edwards tenía algunos problemas de salud, como artritis reumatoide e hipertensión, y había fumado durante gran parte de su vida adulta.
“Estaba caminando y tratando de bajar de peso, y entonces sentí un gran dolor que me irradiaba por la pierna, extremadamente agudo; me desplomé, me levanté y caminé un poco más”, recuerda el Sr. Edwards. “Volvió a ocurrir, me senté y traté de estirarme. Cuando era más joven era corredor de larga distancia… Al final llegué a casa, me desplomé de nuevo, me metí en la ducha, intenté ponerle agua caliente y me caí en la ducha”.
Él acabaría en la sala de emergencia al día siguiente porque los paramédicos pensaron inicialmente que eran sólo calambres por caminar y le recomendaron a ir a un centro de atención de urgencias. Pero al día siguiente, el médico de urgencias le envió al Departamento de Emergencia de Bethesda Hospital East.
“Fui bombero/paramédico, así que sé que los AAA suelen ser mortales”, dijo el Sr. Edwards. “Fui a la sala de emergencia y me dijeron que el AAA estaba enviando coágulos de sangre a la parte inferior de mis piernas, especialmente a la parte inferior de mi pierna izquierda. Así que entré en la sala de operaciones rápidamente”.
La Dra. Ross explica que el Sr. Edwards también sufría una insuficiencia renal (de los riñones), que puede ocurrir en pacientes con aneurismas de aorta abdominal.
El Sr. Edwards también tenía un síndrome de compartimiento en la parte inferior de la pierna izquierda, e inflamación y abultamiento extremos del músculo que pueden afectar a la función neurológica de la pierna. La descomposición de este músculo estaba provocando también el fallo de sus riñones, dijo la Dra. Ross.
“Una vez que lo resucitamos, mejoramos su función renal, eliminamos todo el coágulo de su pierna izquierda y realizamos fasciotomías para soltar la presión sobre el músculo, la causa de que esto ocurriera se solucionó llevándole de nuevo al quirófano dos días después para reparar su aneurisma de aorta abdominal infrarrenal (AAA) que tenía 8 centímetros de tamaño en ese momento.”
La Dra. Ross le realizó un procedimiento mínimamente invasivo llamado reparación endovascular de aneurismas (EVAR por sus siglas en inglés) para tratar el aneurisma de 8 centímetros del Sr. Edwards (la cirugía suele ser necesaria cuando un aneurisma supera los 5.5 cm). En el procedimiento EVAR, se introduce en el aneurisma un injerto de stent, esencialmente un tubo de tela con stents de alambre metálico que refuerza el punto débil de la aorta, a través de pequeñas incisiones en la ingle.
“Un aneurisma de 8 centímetros es bastante grande”, dijo la doctora. “Las directrices recomiendan que para los aneurismas de aorta abdominal en posición infrarrenal (por debajo de los riñones) se empiece a hablar de la reparación a partir de unos 5.5 centímetros en los hombres. Y eso es cuando el riesgo de ruptura supera el riesgo de hacer cualquier tipo de reparación. Así que estaba muy por encima de eso”.
‘La Dra. Ross verdaderamente estuvo ahí para mí’
“La Dra. Ross verdaderamente estuvo ahí para mí e hizo un trabajo excepcional. He estado tan agradecido… y esperanzado con mi atención”, afirmó el Sr. Edwards.
“No tenía pulso en el pie. Recuerdo que me monitorearon mientras estaba en la unidad de cuidados intensivos y me dijeron que existía la posibilidad de que, si no tenía pulso en el pie ese día, tenía que prepararme para una posible amputación del pie, o para amputarme la parte inferior de la pierna, lo que me sorprendió bastante y me fue muy desagradable. Pero incluso entonces, me sentí bien atendido”.
Una recuperación difícil, pero exitosa
La recuperación del Sr. Edwards ha sido larga, pero exitosa, e incluyó un cierre asistido por vacío (VAC por sus siglas en inglés), un método para reducir la presión del aire alrededor de una herida para ayudar a la cicatrización, en su pierna izquierda y muchos meses de citas de seguimiento y fisioterapia.
“De hecho, he dejado la fisioterapia y he empezado a hacer entrenamiento de fortaleza”, dice él. “Estoy empujando y tirando de un trineo, estoy haciendo ejercicio en un gimnasio con todo tipo de bandas y pesas libres. Llevo un mes y medio montando en bicicleta, caminando y nadando. Y ahora puedo caminar casi sin cojear durante un tiempo”.
La Dra. Ross añade que su paciente se encuentra muy bien.
“Lo vemos en la consulta para realizar ultrasonidos de vigilancia y tomografías computarizadas, y ha vuelto bastante a la normalidad en cuanto a caminar y trabajar”, dice la Dra. Ross. “Todas las zonas de la fasciotomía se han curado. Su pierna luce mucho pero mucho mejor. Ha recuperado su función motora y la mayor parte de su función neurológica. Estamos muy contentos con su recuperación”.
Factores de riesgo para la enfermedad vascular
El tabaquismo es un factor de riesgo enorme para las enfermedades vasculares y los aneurismas de la aorta abdominal, explica la Dra. Ross. “Eso es probablemente lo número 1 que la gente puede cambiar por sí misma para tratar de prevenir no sólo la enfermedad vascular periférica, sino también la enfermedad aneurismática”.
Entre los factores de riesgo principales para los AAA se encuentran también la hipertensión arterial (presión alta), el colesterol alto, los factores genéticos y la edad (más de 60 años). Ser hombre también es un factor de riesgo. Los hombres tienen un riesgo cuatro veces mayor de desarrollar un AAA que las mujeres. Sin embargo, las mujeres que desarrollan un AAA suelen tener peores resultados que los hombres.
El Sr. Edwards, que dijo que había fumado durante unos 25 años de su vida adulta, tiene un mensaje para aquellos de su misma edad que puedan haber pospuesto las opciones de estilo de vida vitales para mejorar su salud, siendo el no fumar lo primero de su lista.
“Esto me pasó a mí, y casi me muero, y tuve que pasar la mayor parte de un año rehabilitándome”, dijo el Sr. Edwards. “Así que, si fuma, deje de hacerlo. Si no fuma, no empiece, y esa es mi conclusión. Su salud es su activo más valioso. Se puede superar cualquier cosa siempre que esté saludable”.
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