Agradecida por la recuperación de una seria fractura de tobillo y cirugía ortopédica

Nota del editor: Adrienne Sylver, escritora de Salud, comparte su historia personal sobre cómo  Cary Chapman, M.D., de Baptist Health Orthopedic Care, le devolvió su estilo de vida activo después de haber estado marginada durante meses por una fractura severa de tobillo.

Todo duró menos de cinco segundos. Recuerdo que me levanté del sofá para prepararme para ir al gimnasio y recuerdo que me sentí mareada. Entonces me desperté en el suelo, con el pie perpendicular al tobillo, apuntando en la dirección equivocada. Me había desmayado y la torpe caída desde una simple posición de pie en mi propia casa había causado que mi tobillo derecho se fracturara en múltiples sitios y se dislocara.

Inmediatamente me di cuenta de que me había hecho un gran daño y ni siquiera intenté ponerme en pie. Mi esposo, Mike, llamó al 911. Tenía lo que se llama una fractura trimaleolar, en la que se rompen la tibia, el peroné y una sección ósea de la parte posterior de la tibia. Para empeorar las cosas, la fractura era abierta, lo que significa que cuando el hueso se rompió, una parte me atravesó la piel.

No es una lesión ideal a ninguna edad, y mucho menos a los 62 años.

“Este tipo de fractura es una condición seria porque afecta a las tres partes del tobillo que confieren estabilidad ósea”, dice el cirujano ortopédico Cary Chapman, M.D., que forma parte del equipo de Baptist Health Orthopedic Care. “Y cuando el hueso penetra a través de la piel, exponiendo el hueso a las bacterias, hay preocupaciones adicionales, incluyendo la infección”.

Cary Chapman, M.D., cirujano ortopédico de Baptist Health Orthopedic Care

Las fracturas trimaleolares ocurren con mayor frecuencia en accidentes de tránsito, durante la práctica de deportes de alto impacto o por caídas. A menudo se les dice a los pacientes que necesitarán cirugía y fisioterapia y que la lesión podría tener un impacto a largo plazo o permanente en su calidad de vida.

En el Centro de Emergencias de Baptist Health Baptist Hospital, los médicos “redujeron” la fractura tirando manualmente de mi pierna para realinear los huesos hasta que la cirugía pudiera solucionar el problema de forma permanente. No te preocupes, estaba ligeramente sedada.

Después, el Dr. Chapman me llevó a la sala de operaciones para completar la cirugía de fijación interna por reducción abierta (ORIF por sus siglas en inglés), donde estuve bajo anestesia general. Durante el procedimiento, limpió la zona y utilizó 12 tornillos y una placa metálica para mantener todo unido y que los huesos pudieran curarse. Me cosieron, me dieron antibióticos, me enyesaron y pasé dos noches en el hospital.

Lo que más me sorprendió, creo (aparte del horrible aspecto de mi tobillo cuando lo vi brevemente dos semanas después, cuando me quitaron algunos de los puntos), fue la advertencia del Dr. Chapman de que podría tardar un año entero en recuperarme. Aunque ya tenía 62 años cuando ocurrió el accidente el 25 de febrero de 2022, creía que me recuperaría más rápido.

Después de todo, hacía ejercicios cinco o seis días a la semana con intervalos de alta intensidad en Orange Theory y, aunque nunca me consideraría una atleta, a menudo ocupaba los primeros puestos en las competiciones de remo de mi gimnasio, con tiempos que superaban los de mujeres dos o tres décadas más jóvenes. También me encantaba el senderismo y la natación.

Sin embargo, no tardé en comprender las palabras de advertencia del Dr. Chapman. No se me permitió apoyar peso en la pierna derecha durante seis semanas. Tareas tan sencillas como preparar la comida, ducharme o vestirme me dejaron sin energía y pasé de la silla de ruedas al andador, a la patineta y a las muletas durante varios meses. No pude conducir durante tres meses.

Afortunadamente, mi esposo y un montón de amigos estuvieron a mi lado, ayudándome con las tareas domésticas, sacando a pasear a nuestro perro, alimentándonos y entreteniéndonos. Mi hija incluso voló a casa desde la escuela de asistentes médicos durante un fin de semana para ayudarme a resolver la logística de moverme por la casa cuando estaba sola. Como escritora, trabajo desde casa, así que después de una semana de descanso, apoyé la pierna en un almohadón y volví a mi computadora.

Siete semanas después del accidente, por prescripción médica, empecé la fisioterapia. Cada ejercicio era un reto, pero me ayudó el equipo especializado, incluyendo una cinta de correr antigravedad, en la que la cantidad de peso sobre la pierna afectada (que seguía con una bota de aire) aumentaba en incrementos que empezaban en un 10%. 

“Todas las fracturas requieren mucho tiempo de recuperación”, afirma el Dr. Chapman. “Las fracturas de las extremidades inferiores, como las del pie y el tobillo, son especialmente frustrantes para los pacientes porque, a menudo, no pueden soportar peso sobre la extremidad afectada durante varios meses mientras se cura”.

Ocho meses después de la lesión, publiqué en las redes sociales que me preguntaba si volvería a ser capaz de bajar bien las escaleras, izquierda derecha, izquierda derecha. Y aunque había vuelto al gimnasio, modificando muchos ejercicios con la ayuda del entrenador, me atormentaba la idea de que tal vez nunca volvería a realizar las actividades que hacía antes de la lesión.

Adrienne Sylver con su hija Meaghan en 2023

Entonces, uno o dos meses después, noté que mi amplitud de movimiento había mejorado y que era capaz de subir escalones. El verano pasado, debido a la irritación provocada por los soportes metálicos, me sometí a una cirugía ambulatoria para remover la placa metálica  y todos los tornillos del tobillo, excepto tres.

“Los pacientes deben consultar a su cirujano ortopédico cuando su problema de pie y tobillo causa dolor persistente o afecta a la función”, dijo el Dr. Chapman. “En particular, un cirujano ortopédico entrenado en pie y tobillo tiene las habilidades para diagnosticar y tratar la patología de pie y tobillo que van desde lo rutinario a lo altamente complejo”.

Más de dos años y medio después de mi accidente, a los 65 años, me siento como si estuviera al 90 por ciento. Los médicos nunca encontraron una explicación para mi mareo y mi desmayo, que no han vuelto a repetirse, y mi densidad ósea es buena para mi edad.

A medida que se acerca el Día de Acción de Gracias, pienso en todas las grandes cosas que han sucedido desde aquel angustioso día de 2022. Gracias al Dr. Chapman y a la increíble atención que me han prestado todos los profesionales de atención de salud con los que me he encontrado, no sólo he vuelto a caminar, sino que he empezado a practicar un nuevo deporte: el pickleball. He podido hacer senderismo, nadar en el océano y, lo que es más importante, participar en los mejores momentos de la vida, como la boda de mi hija.