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Cuando una misteriosa enfermedad dejó a Tanya Salinas en silla de ruedas la primavera pasada, lo único con lo que soñaba era con asistir a la boda de su hija en mayo en Carolina del Norte y poder volver a caminar. Varios médicos le dijeron que no tenía nada. Hasta que llegó a Baptist Health Miami Neuroscience Institute, donde no sólo le dieron un diagnóstico, pero también evitó una parálisis permanente.
¿La guinda del pastel? Bailó con su hijo Nick y su hija Nicole en el gran día.
“Fue pura alegría tener la oportunidad de ver casar a mi hija. Mi hijo me llevó al altar y yo pude bailar. Fue un milagro. Yo los llamo mi equipo de ensueño”, dice refiriéndose a los médicos, asistentes médicos, profesionales de enfermería y las demás personas que la atendieron en el Instituto.
(No dejes de verlo: Después de que una misteriosa enfermedad dejara a Tanya Salinas en una silla de ruedas, los especialistas de Baptist Health Miami Neuroscience Institute lograron que volviera a caminar, justo a tiempo para bailar en la boda de su hija. Vídeo en inglés por Plum Productions).
Síntomas incapacitantes
La Sra. Salinas, de 50 años, quedó debilitada tras perder la sensibilidad en las extremidades inferiores. Primero se le entumecieron los dedos de los pies. Luego los pies. A lo largo de varios meses, el problema se agravó y le subió por las piernas hasta la cadera, a veces con dolorosas descargas eléctricas. Empezó a perder el equilibrio y a caerse, tuvo que dejar de manejar y empezó a tener incontinencia.
La Sra. Salinas pasó de usar un bastón a un andador y luego a una silla de ruedas, algo que esta atleta de toda la vida, que fue a la universidad con una beca de softball, nunca hubiera podido imaginar.
Un médico tras otro le realizaron estudios de imagen de la columna vertebral, incluyendo resonancias magnéticas, pero no pudieron ver nada que les alarmara. Incluso sabiendo que su historial médico incluía una operación a los 15 años para corregir su escoliosis con barras metálicas y tornillos, no creían que un problema de espalda fuera la causa de su condición. Entonces tuvo una cita con Richard Morgan, D.O., fisiatra del Instituto especializado en medicina física y rehabilitación.
Richard Morgan, D.O., fisiatra de Baptist Health Miami Neuroscience Institute especializado en medicina física y rehabilitación
Buscando una respuesta de otra manera
“Cuando Tanya llegó a mi consulta, se había sometido a un estudio muy completo con especialistas fuera de Baptist Health”, explica el Dr. Morgan. “Pero yo sabía que faltaba algo”.
El Dr. Morgan se dio cuenta de que el metal en la columna vertebral de la Sra. Salinas estaba causando artefactos en la resonancia magnética, proyectando “ruido” en las imágenes que hacía muy difícil visualizar claramente la médula espinal. “Decidí adoptar un enfoque distinto y pedí una prueba que nadie más le había hecho”, dijo.
El lunes 1ro de abril, la Sra. Salinas se sometió a una mielografía por CT, que utiliza un medio de contraste y rayos X para obtener imágenes detalladas de la médula espinal y los tejidos circundantes. Lo que vio Kevin Abrams M.D., neuroradiólogo de diagnóstico de Baptist Health Miami Neuroscience Institute y de Baptist Health Miami Cancer Institute, fue una gran masa en la columna vertebral. Inmediatamente avisó al Dr. Morgan y al neurocirujano Robert Rothrock, M.D., director de oncología espinal de Baptist Health Miami Neuroscience Institute.
La Sra. Salinas ingresó en el hospital ese mismo día y fue operada el miércoles 3 de abril.
Robert Rothrock, M.D., neurocirujano y director de oncología espinal de Baptist Health Miami Neuroscience Institute
¿Qué es un meningioma espinal?
Los meningiomas espinales son tumores benignos de crecimiento lento que se forman en las membranas protectoras que rodean el cerebro y la médula espinal. Son mucho más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres y, aunque la causa no se conoce por completo, algunos pacientes con trastornos hereditarios tienen una mayor incidencia. Según el Dr. Rothrock, un factor contribuyente en el caso la Sra. Salinas fue probablemente la exposición repetida a la radiación que sufrió de niña debido a su tratamiento contra la escoliosis.
Cuando un meningioma espinal es pequeño, no suele causar síntomas. “En el caso de Tanya, el suyo había crecido mucho y estaba comprimiendo la médula espinal”, explica el Dr. Rothrock, que realizó la operación. “Si no se diagnostica, los pacientes pueden tener una calidad de vida muy mala, depender de sondas urinarias y pañales, y quedar postrados en una silla de ruedas o en la cama”. A veces, incluso los meningiomas no cancerosos como el de la Sra. Salinas pueden causar la muerte o la pérdida permanente de funciones, dependiendo de su tamaño y su localización.
"Estos casos suelen ser complejos, pero el procedimiento de Tanya fue aún más difícil porque había que retirar las varillas y los ganchos de titanio que se habían colocado muchos años antes y tenían un crecimiento óseo excesivo. El tumor en sí se había calcificado. Tuvimos que perforarlo”, explicó.
En la sala de operaciones, el Dr. Rothrock estuvo acompañado por el neurocirujano, Michael McDermott, M.D., jefe médico ejecutivo, catedra Irma & Kalman Bass en Neurociencia Clínica de Miami Neuroscience Institute, y unos 30 asistentes quirúrgicos, técnicos de radiación y cirugía, patólogos y anestesiólogos. “Este tipo de caso tan difícil requiere un pueblo, o debería decir una ciudad”, dijo el Dr. Rothrock. “Comenzó con un médico entusiasta, el Dr. Morgan, y luego con el Dr. Abrams, un neurorradiólogo experto, y luego con todo el equipo en la sala de operaciones. Hay pocos programas, quizá ningún otro en el Sur de la Florida, que tengan un equipo interdisciplinario dedicado como el nuestro”.
La fuerza de una familia
La Sra. Salinas pasó un mes en el hospital y luego varias semanas en rehabilitación hospitalaria. Su esposa y mayor defensora, Marite De Céspedes, nunca se separó de ella, y su familia desempeñó un papel fundamental en su recuperación. “Fueron mi fuerza”, afirma. “Me hicieron seguir adelante cuando creía que ya no podía hacerlo”.
Aproximadamente una semana antes de la boda de su hija, la Sra. Salinas regresó a su casa y continuó con su fisioterapia para estar más fuerte para el viaje. Cuando llegó el momento de bailar, era más bien un arrastrar de pies, recuerda riendo. Pero su sueño se había hecho realidad.
Hoy se está preparando para la próxima celebración familiar: la boda de su hijo. “Gracias a Miami Neuroscience Institute, he tenido una segunda oportunidad en la vida”, afirma. “Después de la boda, pienso montarme en un avión y viajar. Quiero volver a ver cascadas e ir a lugares que nunca he visto. Quiero volver a ponerme las botas de senderismo y ensuciarlas”.
Los médicos están de acuerdo en que ver a la Sra. Salinas caminar de nuevo es muy gratificante, sobre todo en un campo en el que hay muchas incógnitas. “La neurocirugía puede asustar mucho a los pacientes. Cada paciente es único. Después de la operación pueden pasar hasta 18 meses para ver una mejoría, si es que la va a haber, pero Tanya tuvo una recuperación bastante milagrosa a lo largo de días y semanas”, dijo el Dr. Rothrock. “Nadie quiere ir a la guerra, pero hay guerras que vale la pena pelear. Cuando vemos pacientes como Tanya, y un sistema de apoyo familiar como el suyo, es algo inspirador”.
Para más información acerca de Miami Neuroscience Institute, haz clic aquí.
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