Ciencia
Víctima de un infarto cerebral de los cayos llama su recuperación un ‘milagro’
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Publicado: October 1, 2019
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Cuando se acaba de sufrir un infarto cerebral agudo, lo queocurre después podría ser la diferencia entre tener que enfrentar la vida condiscapacidad o salir del hospital con los dos pies en la tierra. Cada minutocuenta.
Para Gary Mace, operador de una tiendade buceo y capitán de un bote en el pueblo de Tavernier en los Cayos de laFlorida, el tiempo estaba de su lado. Era el 24 de junio y el hombre de 63 añosestaba solo en su casa. Su esposa, Brenda, estaba a pocas millas de distanciaen Conch Republic Divers, latienda que ha sido propiedad de la pareja por los últimos 17 años.
De repente y sin aviso alguno, el Sr.Mace comenzó a experimentar visión doble y no podía mover su brazo izquierdo osu pierna izquierda.
“No sabía lo que me estaba pasando.Pensé que si me acostaba un rato me empezaría a sentir mejor”, dijo el Sr.Mace. “Yo soy rescatista de emergencia y no me percaté de que estaba sufriendoun infarto cerebral”.
Casi sin poder hablar, llamó a Branda yle susurró “Ayúdame”. Ella inmediatamente colgó el teléfono, llamó al 911 y ledijo al despachador que su esposo estaba sufriendo un infarto cerebral.
(Nodeje de verlo: Gracias a Dalia Lorenzo, M.D. y el equipo de infartos cerebralesde Baptist Hospital, Gary Mace pudo volver a hacer lo que más disfruta. Paraél, fue un milagro. Video por Tony Vivian y Dylan Kyle.)
Dentro de pocos minutos llegó unaambulancia a la casa de Mace y él fue llevado de emergencia al helipuerto delcercano Mariners Hospital. Un helicóptero Medevac proveniente de Marathon aterrizóminutos después y llevó a Mace a Baptist Hospital en Kendall, un viaje que hubiera tomadouna hora y media por auto desde Tavernier pero que sólo tomó 20 minutos porhelicóptero.
Al mismo tiempo, Dalia Lorenzo, M.D.,neuróloga con Baptist Health Neuroscience Center, estaba movilizando al Equipo B.E.S.T. ((Baptist Emergency Stroke Team)para infartos cerebrales y haciendo los preparativos para que el Sr. Macepudiera ser tratado de inmediato. En cuanto aterrizó el helicóptero, fuetransportado a la sala de emergencia donde la Dr. Lorenzo y su equiporápidamente evaluaron su condición.
A los 12 minutos de su llegada a BaptistHospital, el Sr. Mace recibió una inyección de Activador Tisular del Plasminógeno (tPA), un tratamiento con base de proteína para los infartos cerebralesisquémicos o trombóticos, los cuales son causados por un coágulo de sangre queinterrumpe el flujo de sangre a una región del cerebro.
“Aunque no se puede utilizar para todoslas víctimas de los infartos cerebrales, tPA es un poderoso anticoagulante quedestruye rápidamente el coágulo que está causando el infarto cerebral”, dijo laDra. Lorenzo. “Sin embargo, el tiempo es crítico ya que el tPA es eficaz solamentesi se administra durante el “espacio dorado” de tres a cuatro horas y mediadesde el comienzo de los síntomas del infarto cerebral”.
Para el Sr. Mace, el tiempo total quehabía pasado desde el comienzo de su infarto cerebral hasta su tratamiento en BaptistHospital, fue de solo una hora y 36 minutos. Dado el hecho de que fuetransportado desde los Cayos de la Florida, lo cual toma tiempo y lacoordinación entre las variadas agencias e instalaciones, la rapidez con lacual fue tratado fue realmente extraordinaria.
“Porque tenemos un sistema tan eficaz,el Sr. Mace pudo llegar aquí rápidamente y pudimos realizarle el tratamientoque necesitaba para prevenir una discapacidad permanente a causa de su infartocerebral”, dijo la Dra. Lorenzo.
Una hora después de haber recibido eltPA, su visión doble desapareció y comenzó a recobrar el movimiento en su brazoy en su pierna. Dos días después, salió caminando del hospital y volvió aTavernier. No necesitó fisioterapia, y pudo volver al trabajo en muy pocotiempo.
“Como dueño de una tienda de buceo,instructor de buceo y capitán de un bote, el no poder caminar ni hablar mehubiera cambiado la vida”, dijo el Sr. Mace, a quien le encanta conversar consus clientes y ayudarlos a explorar las maravillas submarinas de los Cayos dela Florida. “El hecho de que 10 semanas más tarde estoy aquí hablando conustedes y buceando de nuevo – es realmente un milagro”.
El Sr. Mace está de acuerdo con los quedicen que el tPA es una droga milagrosa, pero piensa que se trata de mucho másque eso.
“Sí, es una droga milagrosa, perotambién es un regalo de Dios”, dijo él. “El milagro ocurrió porque Dios le dioa alguien la inteligencia para crear esa droga. Fue un milagro porque elhelicóptero pudo volar ese día, lo cual no siempre es el caso aquí en los Cayosdonde el clima puede cambiar rápidamente. Y fue un milagro que pude recibir eltPA a los 12 minutos de haber aterrizado en Baptist Hospital”.
Sus ojos se llenan de lágrimas alrecordar cuán bendecido se sintió al recobrar la movilidad en su brazo y en supierna, y supo que todo iba a salir bien. Y se siente agradecido por siemprepor la atención que recibió en cada paso el camino.
“Me siento tan agradecido a Baptist, aDios y también por la oportunidad de estar aquí hoy para hablarles de miexperiencia”, dijo el Sr. Mace. “De verdad que aprecio todo lo que hicieron pormí en Baptist – todo el mundo fue sumamente profesional y cariñoso. No tengopalabras para expresar mi gratitud”.
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