Ciencia
Pocas mujeres neurocirujanas en los EE.UU. ocupan puestos de liderazgo. Una de ellas está en Miami Neuroscience Institute
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Publicado: August 25, 2021
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Los datos demuestran que las mujeres están poco representadas en el campo de la neurocirugía académica: Aunque la mitad de todos los graduados de las facultades de medicina hoy en día son mujeres, sigue existiendo una importante desigualdad entre sexos en la mayoría de las subespecialidades, principalmente en las quirúrgicas, como la neurocirugía.
Según un meta-análisis reciente, las mujeres representan sólo el 12 por ciento de los neurocirujanos en Estados Unidos y Canadá, con una representación significativamente menor a nivel de profesor titular (5,84 por ciento). Asimismo, sólo alrededor del 7.5% de las mujeres ocupan puestos de liderazgo de primer nivel, mientras que alrededor del 5% ocupan puestos de segundo nivel dentro de sus instituciones.
Miami Neuroscience Institute, parte de Baptist Health, es una excepción a esta tendencia con el nombramiento de Jobyna Whiting, M.D. como directora de Cirugía de la Columna Vertebral Degenerativa en Miami Neuroscience Institute. Antes de unirse a Baptist Health, la Dra. Whiting tenía una práctica privada en Orlando y fue anteriormente profesora auxiliar de neurocirugía clínica en Columbia University.
La Dra. Whiting se especializa en cirugía de la columna vertebral y en neurocirugía general. Ella ha dado conferencias y presentado resultados de investigaciones en conferencias médicas y ha publicado múltiples artículos en revistas médicas revisadas por pares. La Dra. Whiting también es miembro del Congress of Neurological Surgeons y de la American Association of Neurological Surgeons.
Desde que era niña, siempre tuvo el fuerte deseo de ser doctora pero no tenía interés en las neurociencias hasta su segundo año en la facultad de medicina. “Es un campo desafiante y a mí me gustan los retos”, dice la Dra. Whiting. “Lo que más me gusta de mi trabajo es ver cómo las personas que sufren de dolor mejoran, salen del dolor y recobran sus vidas”.
La Dra. Whiting es conocida por afrontar casos complejos con diagnósticos precisos y enfoques de tratamiento basados en los resultados. Recientemente participó en un estudio de caso involucrando a una madre primeriza de 38 años que sufría dolor de espalda y entumecimiento del brazo. La paciente, que hasta entonces era una persona atlética, atribuyó su dolencia al “dolor de mamá”, pero estaba preocupada porque el dolor y el entumecimiento le impedían cargar a su hijo de 2 años e incluso secarse el pelo.
“Ella llegó a Miami Neuroscience Institute quejándose de dolor de espalda”, recuerda la Dra. Whiting. “Sin embargo, se encontró que ella tenía un problema potencialmente más peligroso ocurriéndole a la misma vez, y eso les permitió navegarla hacia alguien como yo que podía ayudarla con eso”.
Un MRI detectó una anomalía y la consiguiente compresión de la médula espinal que le provocaba entumecimiento del brazo y debilidad en el agarre. La Dra. Whiting señaló que la afección podía progresar hasta convertirse en una lesión permanente de la médula espinal, “como la pérdida de función; la pérdida de la capacidad de utilizar las manos; la pérdida de la capacidad de utilizar las piernas; la pérdida de control incluso sobre el intestino y la vejiga; no era una opción segura para ella no operarse”.
Una resonancia magnética detectó una anomalía que resultaba en una compresión de la médula espinal que le estaba provocando el entumecimiento del brazo y la debilidad en el agarre. La Dra. Whiting señaló que la afección podía progresar hasta convertirse en una lesión permanente de la médula espinal, “como la pérdida de funciones; la pérdida de la capacidad de utilizar las manos; la pérdida de la capacidad de utilizar las piernas; la pérdida de control incluso sobre el intestino y la vejiga; no era una opción segura para ella no operarse”.
La paciente se sometió a una discectomía cervical anterior y a una fusión en los niveles cervical 5 a cervical 6. “Le saqué el disco por delante, hasta que pude despegarlo de la médula espinal y de los nervios, y luego lo reemplacé con un pequeño tapón de hueso de cadáver, y luego una placa corta que va colocada sobre la parte delantera de los dos huesos”.
Inmediatamente después de la cirugía, la paciente nos dijo que no sentía dolor por primera vez en años. Después de su recuperación postoperatoria, la paciente recuperó la funcionalidad que había perdido y pudo volver a cargar a su hijo. La paciente también dijo que su voluntad de someterse a la cirugía de la columna fue debido, en parte, al gran nivel de comodidad que sentía con su neurocirujana.
“Existe un gran desbalance entre el número de neurocirujanos hombres y neurocirujanas mujeres disponibles”, afirmó la Dra. Whiting. Hay muchas pacientes que se sienten un poco más cómodas como mujeres, al interactuar con una neurocirujana”.
Women in Neurosurgery (WIN) señala que existen barreras en cada fase antes de entrar en la residencia, durante el entrenamiento y en el lugar de trabajo. Para ayudar a afrontar esta discrepancia, la Dra. Whiting participa activamente en la tutoría de futuras neurocirujanas.
“Yo veo e interactúo con muchas estudiantes jóvenes mujeres”, dice la Dra. Whiting. Mi recomendación es que lo hagan. La neurociencia es una gran carrera. Yo pienso que a estas alturas no hay nada que pueda detenerlas”.
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