El temor al COVID-19 casi conduce a un diagnóstico perdido de cáncer de seno
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Publicado: October 13, 2021
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Como terapeuta clínica de arte para las Escuelas Públicas del Condado de Miami-Dade, Morgen Chesonis-González siempre es diligente acerca de hacerse su mamografía anual y otras pruebas de salud durante el verano. El año pasado fue algo distinto: la pandemia había detenido la rutina de la vida, aún no había vacuna disponible y esta madre de dos hijos temía que ir al médico podría exponerla a ella y a sus hijos al COVID-19. Así que demoró sus pruebas de salud, hasta que un dolor persistente en la axila la convenció por fin a ver a su médico en agosto. Esa fue una decisión que le salvó la vida.
(No deje de verlo: Morgan Chesonis-Gonzalez habla acerca de su diagnóstico y tratamiento de cáncer de seno en Miami Cancer Institute. Video en inglés por Tony Vivian.)
Después de una mamografía y algunas pruebas de seguimiento el pasado agosto 2020, la Sra. Chesonis-González de 47 años, fue diagnosticada con cáncer de seno triple negativo etapa 2, un tipo de cáncer particularmente agresivo que puede hacer metástasis muy rápidamente. Su médico de atención primaria la había referido a quien ella llama “el equipo A” en Miami Cancer Institute, la oncóloga hematóloga Grace Wang, M.D., y la cirujana oncológica del seno Starr Mautner, M.D.
Para la Sra. Chesonis-González, quien trabaja con niños con discapacidades emocionales y del comportamiento, la noticia fue como un puñal en el estómago. “Fue terrible y algo completamente inesperado”, dice ella.
Su mamografía el año anterior no había detectado señales algunas de cáncer y ella no tiene antecedentes familiares. Sin embargo, el cáncer ya se había regado por medio de su sistema linfático al área de la axila, entre su axila y su seno, que es por qué ella sentía dolor. “Soy joven, tengo dos hijos, y de repente tuve que enfrentar mi propia mortalidad”, dice ella entre lágrimas.
Para hacer las cosas peores, la Sra. Chesonis-González tenía un segundo tipo de cáncer en el mismo seno, y los dos tumores distintos requerían distintas modalidades de tratamiento. “Una de las cosas que ha aprendido acerca de todos los avances en el tratamiento del cáncer de seno es que tienen la capacidad de enfocarse en distintos tipos de tumores a la misma vez, con distintos tipos de tratamiento”, dice ella. A ella le dijeron que el tratamiento del tumor más grande y agresivo requeriría una combinación de quimioterapia y cirugía.
La Sra. Chesonis-González se sometió a cuatro meses de quimioterapia para que el tumor pudiera reducirse a un tamaño en el cual podía ser extirpado quirúrgicamente. “Venía cada dos semanas para hacerme la quimio”, recuerda ella. “En las semanas alternas tenía que venir a hacerme análisis de sangre para ver si podía tolerar otra ronda de quimioterapia a la semana siguiente”.
Este pasado mes de febrero la Sra. Chesonis-González se realizó su cirugía y luego se sometió a seis agotadoras semanas de radioterapia diaria, la cual acaba de terminar. Dentro de seis meses, una vez su piel se haya sanado de la radioterapia, ella se someterá a una cirugía reconstructiva con Miguel Medina III, M.D., cirujano plástico y reconstructivo y director de microcirugía en Miami Cancer Institute.
Su experiencia le enseño una importante lección acerca de la importancia de las pruebas de detección cáncer y de la detección temprana, dice la Sra. Chesonis-González. También es el motivo por el cual ella aceptó una invitación para unirse a un panel de expertos de cáncer de Baptist Health en una conferencia de prensa en junio en Miami Cancer Institute.
El panel, que incluyó a Michael J. Zinner, M.D., CEO y director médico ejecutivo de Miami Cancer Institute, Jane Méndez, M.D., jefa de cirugía del seno en el Instituto, y Mark Dylewski, M.D., jefe de cirugía general torácica del Instituto, habló de una “rebaja alarmante”, tanto como un 85 por ciento, en mamografías y otras pruebas de detección de cáncer durante la pandemia.
Refiriéndose a un aumento anticipado en las muertes por cáncer en la próxima década debido a pruebas de detección demoradas o saltadas, el Dr. Zinner clasificó la situación como “una bomba de tiempo con un fusible de 10 años”, e imploró a las personas a que se mantuvieran al día con sus pruebas de salud.
Durante la conferencia de prensa, la Sra. Chesonis-Gonzáles habló elocuentemente acerca de su experiencia y de los retos que ella y su familia enfrentaron durante su tratamiento, el cual ella describió como largo y difícil.
“Aún estaba trabajando, tratando de criar a mi familia y lidiando con mi enfermedad”, recuerda ella. “Fue extremadamente difícil lidiar con todo eso”. El hecho de que todo esto estaba pasando durante una pandemia lo hizo aún más difícil, dice ella, especialmente para sus hijos. Con el COVID-19, ellos no podían ir a la escuela ni ver a sus amigos. Su mamá estaba enferma con cáncer y su sentido de la normalidad se viró al revés”, dice ella.
Los amigos y los grupos de apoyo ofrecieron una ayuda crucial mientras ella se sometía al tratamiento, así como también los miembros de su iglesia y de la tropa de Girl Scouts de su hija, quienes le entregaban comida a su familia cuando ella estaba demasiado enferma para cocinar. “Fue tan importante su ayuda”, dice ella. “No pude hacerlo hecho sin ellos”.
La Sra. Chesonis-González dice que se siente sumamente agradecida a los profesionales que la atendieron en Miami Cancer Institute. “Todo lo que yo necesitaba para combatir este cáncer estaba en un solo lugar; los médicos, el personal, la tecnología, los servicios de apoyo”, dice ella. “Y si surgiera algún problema o alguna pregunta acerca de mi plan de tratamiento, los médicos consultaban rápidamente los unos con los otros”.
En cuanto a sus preocupaciones acerca de la exposición al COVID-19, la Sra. Chesonis-González dice que ella ya está completamente vacunada, pero dice que se sintió aliviada cuando primero llegó a Miami Cancer Institute al ver las medidas de seguridad que habían establecido por todas partes. “El distanciamiento social, los cobertores faciales, la limpieza constante, además las pruebas y los exámenes. Todo el mundo está enfocado en hacerlo todo lo más seguro y sanitario posible”.
Aunque su tratamiento fue desafiante física y emocionalmente, la Sra. Chesonis-González dice que ella se sintió muy aliviada al saber que ella podía recibir el tratamiento que necesitaba para sobrevivir. “Yo sé que el cáncer puede azotar a cualquiera, de cualquier edad”, dice ella. “Pero yo solo tengo 47 años y la única idea que me mantenía en marcha durante todo esto era que tengo que conocer a mis nietos algún día. Todavía no, pero algún día”.
Al final de la conferencia de prensa, la Sra. Chesonis-González tocó la campana significando el final del tratamiento de un paciente de cáncer. Fue un momento especial para ella, pero un tanto agridulce porque las precauciones contra el COVID-19 aún están vigentes en Miami Cancer Institute y su familia no pudo acompañarla para la simbólica ceremonia de tocar la campana.
Su mensaje tanto para las mujeres como para los hombres: “No demoren sus pruebas”, aconseja la Sra. Chesonis-González quien tiembla al pensar lo que pudo hacer ocurrido si ella hubiera demorado su mamografía por más tiempo. “La detección y la intervención temprana conducen a un mejor pronóstico de supervivencia y yo soy testamento de eso”.
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