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‘El ejercicio es medicina’ – He aquí el por qué
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Si usted ha ido a ver a su médico en las pasadas décadas, probablemente le han hablado acerca de la importancia del ejercicio para su corazón y para su salud en general. Su médico probablemente también le ha recomendado que haga ejercicios regularmente. ¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué el ejercicio contribuye a la buena salud?
Eli Friedman, M.D., director médico de cardiología deportiva en Miami Cardiac & Vascular Institute dice que el ejercicio es medicina para la mente, el cuerpo y el alma.
“El ejercicio baja la presión sanguínea, los niveles de glucosa en la sangre y el colesterol malo”, dijo él. “Reduce el riesgo para la enfermedad cardiovascular en general. También mejora la alimentación, el sueño, la sensación de bienestar y la salud mental. Hay muy pocas instancias en las cuales le recomendamos a una persona que no haga ejercicio”.
Un estudio publicado en el 2015 en la revista Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports indicó que existen 26 enfermedades crónicas que pueden ser tratadas con un régimen prescrito de ejercicios. Las enfermedades caen en las siguientes categorías:
- Psiquiátricas, como la depresión y la ansiedad
- Neurológicas, como la demencia y la enfermedad de Parkinson
- Metabólicas, como la diabetes y el colesterol alto
- Cardiovasculares, como la hipertensión y la enfermedad de las arterias coronarias
- Pulmonares, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC en español o COPD por sus siglas en inglés) y asma
- Musculoesqueléticas, como la osteoartritis y la osteoporosis
Además, una iniciativa mundial lanzada por el American College of Sports Medicine y la American Medical Association en el 2007 tiene la meta de animar a los proveedores de atención de salud a que evalúen la actividad física de los pacientes y que prescriban el ejercicio como tratamiento clave en el manejo clínico de las enfermedades crónicas.
Los beneficios del ejercicio para la salud
“En términos de la salud cardiovascular, el ejercicio involucra el sistema cardiovascular y mejora su eficiencia”, dijo el Dr. Friedman. “Cuando usted hace ejercicio regularmente, baja su presión sanguínea, su ritmo cardiaco en reposo se reduce y su metabolismo aumenta”.
El Dr. Friedman añade que tanto los ejercicios aeróbicos – lo que la mayoría de las personas llaman “cardio” – y el entrenamiento de resistencia o de fortaleza, contribuyen a una mejor salud. Los ejercicios cardiovasculares como correr, brincar, nadar y montar bicicleta ponen su corazón a latir, su sangre bombear, sus pulmones a moverse y sus señales cerebrales a dispararse. El entrenamiento de fortaleza como levantar pesas y los movimientos de resistencia mejoran la salud de sus huesos y de sus músculos, haciéndolos más ágiles y eficientes en el uso de los nutrientes necesarios para el desempeño.
¿Cuánto ejercicio es recomendado?
El Dr. Friedman dice que la “dosis” recomendada de ejercicio para la mayoría de los adultos es 150 minutos por semana de ejercicio aeróbico de intensidad moderada. Él define “moderado” como poder sostener una conversación con otra persona mientras se está haciendo ejercicio. Él y la American Heart Association (AHA) dicen que esta cantidad puede ser reemplazada por 75 minutos de ejercicio aeróbico de alta intensidad cada semana. El Dr. Friedman señala que este nivel más alto de intensidad hace difícil tener una conversación mayor que dar respuestas de “sí” o “no”. La The American Heart Association también recomienda actividades para fortalecer los músculos de intensidad moderada a alta, por lo menos dos veces por semana.
“Si usted se pone una meta de alcanzar estos números, usted entonces aprovecha al máximo los beneficios del ejercicio”, dijo el Dr. Friedman. Para la mayoría de las personas, no existe tal cosa como demasiado ejercicio.
¿Cuándo es el ejercicio demasiado?
Como cardiólogo, sin embargo, el Dr. Friedman también trabaja muy de cerca con atletas elite y profesionales y a veces ve surgir problemas cuando el ejercicio se empuja hasta sus límites más altos. Para estas personas, es importante tener un médico monitoreando su ejercicio y su nutrición para asegurar una salud óptima. Pero para la mayoría de las personas, el ejercicio dentro de los límites recomendados es beneficioso.
Aun así, el Dr. Friedman dice que la gente debe estar al tanto de los siguientes síntomas al hacer ejercicio, los cuales pueden indicar problemas:
- Una respiración mucho más dificultosa de lo que debe requerir la actividad
- Dolor o presión en el pecho o una sensación de quemazón, ardor o de punzadas en el pecho
- Menos tolerancia para el ejercicio de lo que usted tenía anteriormente
- Una sensación de mareos o de desmayos
- Sentir el corazón latiendo muy rápido o saltando latidos
Si usted experimenta cualquiera de estos síntomas, comuníquese con su médico o si sus síntomas son severos, llame al 911 de inmediato, aconseja el Dr. Friedman.
El ejercicio después del COVID-19
Ya que los estudios acerca de los efectos del COVID-19 han indicado un posible vínculo entre el novel coronavirus y el daño al corazón, el Dr. Friedman recomienda que las personas que se hayan recuperado del COVID-19 hablen con su médico de atención primaria o con su cardiólogo acerca de su retorno gradual a la actividad física y al ejercicio. En la mayoría de los casos leves de COVID-19 que no requirieron ningún tratamiento, espera los 10 a 14 días de recuperación recomendados por los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC por sus siglas en inglés) y vuelta lentamente a la actividad. Si surge algún síntoma, busque una evaluación adicional de un proveedor de atención de salud.
Algunos de los efectos del COVID-19 documentados en estos estudios incluyen una inflamación del músculo cardiaco, o miocarditis, la cual puede conducir a la insuficiencia cardiaca y a las arritmias o ritmos cardiacos irregulares. En algunos pacientes, el COVID-19 también causó coágulos de sangre que afectan los pulmones, ataques cardiacos e infartos cerebrales. Otros experimentaron pericarditis, en la cual el saco de rodea al corazón se inflama o se llena de líquido (derrame pericárdico) y eso pone presión en el corazón, previniendo que este funcione adecuadamente.
“La gran mayoría de las personas con síntomas leves del virus, especialmente aquellos con síntomas que afectaron solamente áreas más arriba del pecho y que no tuvieron fiebre, dolor en el pecho, falta de aire o no tuvieron que ser hospitalizados, deben poder volver al ejercicio moderado tan pronto como se sientan lo suficientemente bien como para hacerlo”, dijo él. Sin embargo, la hospitalización, especialmente cuando existe evidencia de daños al corazón puede requerir un retorno más lento a la actividad física y el seguimiento por un cardiólogo.
El Dr. Friedman dice que la actividad física y el ejercicio que está en proporción con la capacidad de cada persona puede ser beneficioso. Para determinar su capacidad y el nivel en el cual usted debe hacer ejercicio con seguridad y con los máximos beneficios para el corazón y la salud, él recomienda hablar con su médico o con su proveedor de atención de salud.
“Mi meta es lograr que tantas personas como sea posible hagan ejercicios con seguridad”, dijo él. “Para la mayoría de las personas, mientras más ejercicio hagan, mejor funcionarán sus corazones y más mejorará la salud en general. Si usted no hace ejercicio, hable con su médico acerca de cómo comenzar y si hace ejercicio, no se detenga. Tómese su dosis diaria de ejercicio. Es la mejor medicina”.
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