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Escasea el medicamento para la diabetes, Ozempic, porque muchos lo toman erróneamente para bajar de peso
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El medicamento semaglutida, que se vende principalmente bajo la marca Ozempic, se prescribe para ayudar a las personas con diabetes a controlar su nivel de azúcar en la sangre y a ayudar a controlar el peso a largo plazo.
Sin embargo, en las últimas semanas este fármaco se ha convertido en objeto de controversia, ya que se ha vuelto viral en las redes sociales como solución para bajar de peso, incluso para los que no tienen diabetes.
El clamor por el Ozempic, que se vende como una solución líquida que se administra como una inyección bajo la piel, ha causado la escasez del medicamento. Esto ha creado serios problemas para aquellos que realmente necesitan el medicamento prescrito para asegurar que sus cuerpos puedan crear insulina para controlar la diabetes.
“Recibimos constantemente llamadas de pacientes que no pueden encontrarlo”, dijo Jonathan Fialkow, M.D., jefe de salud de la población para Baptist Health y jefe de cardiología en Miami Cardiac & Vascular Institute. “Las farmacias no lo tienen, y estamos haciendo todo lo posible para que puedan continuar con el medicamento”.
Nadie debería tomar este medicamento a menos que la prescriba un médico que pueda supervisar su tratamiento. Las investigaciones han revelado que las personas a las que se les prescribe el medicamento y dejan de usarlo pueden volver a aumentar de peso, sobre todo si no han hecho ningún cambio en su estilo de vida.
La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos aprobó el uso de Ozempic en el 2017 para personas con diabetes tipo 2. Ozempic indica al páncreas que cree más insulina, lo que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y también reduce el glucagón, una hormona que aumenta los niveles de azúcar. Esto puede resultar en la pérdida de peso, pero el Ozempic no ha sido aprobado para ese propósito.
Los efectos secundarios serios del Ozempic pueden incluir: retinopatía diabética (daño en los vasos sanguíneos del ojo); cálculos biliares; problemas renales, incluyendo la insuficiencia renal; inflamación del páncreas; aumento del riesgo de cáncer de tiroides; reacción alérgica e hipoglicemia (bajos niveles de azúcar en la sangre). Los efectos secundarios más leves relacionados con el Ozempic son náuseas, diarrea, dolor abdominal y vómitos. La hipoglicemia puede causar visión borrosa, dificultad de concentración, confusión en el pensamiento, dificultad para hablar, entumecimiento y somnolencia.
“Si se baja de peso rápidamente y no se empieza a monitorear, se puede perder el conocimiento y romperse la cadera o la cabeza”, dice el Dr. Fialkow. “Estos medicamentos deben ser monitoreados por su médico”.
Es posible que los riesgos más serios ni siquiera se conozcan bien porque los efectos de la semaglutida (Ozempic) no se han estudiado lo suficientemente en una población más amplia.
“¿Estas personas están tomando otros medicamentos o tienen cosas que podrían no ser seguras con el (Ozempic), que no fueron estudiadas?”, dijo el Dr. Fialkow. “No sabemos lo suficiente sobre las interacciones con otros medicamentos, que tienen sus propios efectos secundarios establecidos que sabemos que la gente va a experimentar”.
La semaglutida pertenece a un tipo de medicamento conocido como péptido similar al glucagón 1 (GLP-1), y forma parte de una terapia ya establecida para el tratamiento de la diabetes tipo 2. La terapia con GLP-1 se recomienda en las primeras fases del tratamiento de la diabetes tipo 2, lo que permite también una cierta reducción de peso y un manejo favorable de las enfermedades cardíacas. En estudios recientes, las terapias con GLP-1 han demostrado su eficacia en la reducción de la obesidad, que es un factor de riesgo primario para la diabetes, en individuos con otros problemas de salud subyacentes, incluyendo la diabetes o la prediabetes – una condición que puede conducir a un diagnóstico de diabetes tipo 2.
En un estudio reciente, se combinó otro tipo de medicamento – el polipéptido insulinotrópico dependiente de la glucosa (GIP)- con el GLP-1 para componer otro fármaco que aún no se ha vuelto ampliamente disponible para la pérdida de peso. El nuevo fármaco permite perder peso al aumentar la incretina, que es la hormona que controla el hambre.
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