Tecnología
Libre de Cáncer
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Alma Pol disfrutaba de su juventud y de su ajetreada carrera trabajando en relaciones públicas para los tribunales judiciales cuando una prueba de rutina papanicolau dio resultados anormales. Después de una biopsia, tuvo que enfrentarse al sorprendente diagnóstico: cáncer de cuello de útero.
Para empeorar las cosas, su ginecólogo le dijo que el tratamiento convencional —una histerectomía o extirpación del útero y del cuello del útero— la dejaría estéril. Esa no era una alternativa aceptable para Pol, que siempre había querido tener niños, así que buscó una segunda opinión. “Necesitaba a alguien que me diera soluciones”, explica.
Hizo una cita con el Dr. Ricardo Estape, especialista en ginecología oncológica, que hace poco le hizo una histerectomía asistida por robot a la madre de Pol. “Me dio mucha información y también el número de su celular personal”, recuerda Pol. “Me atendió muy bien”.
El Dr. Estape desarrolló las técnicas robóticas utilizadas en la extirpación de útero y de los nódulos linfáticos cercanos. “Este enfoque robótico les ha dado a los pacientes el beneficio de estar fuera del hospital en un par de días y ser capaces de tener hijos en el futuro”.
El Dr. Estape le dijo a Pol que solamente le extraería el cuello uterino, una operación llamada traquelectomía. Esto mantendría el útero —y su fertilidad— intacta y tendría como resultado una recuperación más rápida de la cirugía. “Me dijo que lo habían detectado a tiempo. Me sentí muy tranquila”.
Extipar el cuello del útero con asistencia robótica evita el riesgo de excesivo sangramiento que presenta una cirugía abierta y ofrece mejor visión y control del instrumental quirúrgico que una laparoscopia. Debido a que separar el cuello uterino del útero y volver a unirlo a la vagina no es un procedimiento directo “a las poquísimas mujeres que desean preservar su capacidad de tener hijos se les da la opción de una traquelectomía”, explica el Dr. Estape.
La cirugía robótica a la que fue sometida Pol fue exitosa y después de recuperarse incluso corrió una mediamaratón. Un año después, sigue libre de cáncer y agradecida tanto a la tecnología como al Dr. Estape. “Es un médico con corazón”, concluye.