
Ciencia
¿Puede el ejercicio ralentizar los síntomas de la enfermedad de Parkinson?
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El ciclismo. El boxeo. La natación. El Yoga. El baile. Encontrar el tiempo y la motivación para hacer ejercicio puede ser difícil para cualquiera. Pero si padeces la enfermedad de Parkinson (EP) – o es el cuidador o ser querido de alguien con Parkinson – el ejercicio debería ser una prioridad absoluta. Las investigaciones han demostrado cada vez más que los entrenamientos regulares no sólo ralentizan los síntomas de la enfermedad, sino que también pueden mejorar drásticamente la calidad de vida.
“El ejercicio físico influye en la plasticidad del cerebro, y en los pacientes con Parkinson se ha demostrado que mejora los síntomas motores, incluyendo la rigidez y la bradicinesia (la lentitud de movimientos), así como los síntomas no motores como la fatiga, la función cognitiva y el estreñimiento”, dice Lina Hurtado, M.D., especialista certificada en medicina física y rehabilitación de Baptist Health Miami Neuroscience Institute.
Se estima que un millón de personas en los EE.UU. viven con EP, según la the Parkinson’s Foundation. La EP, un trastorno del movimiento, ocurre cuando las células nerviosas del cerebro dejan de producir dopamina y otros neurotransmisores que afectan al movimiento, entre otras funciones. No tiene cura.
Su primer síntoma suele ser un temblor de la mano o el pie cuando los músculos están en reposo, aunque no todas las personas con EP desarrollan un temblor. A medida que la enfermedad avanza, la coordinación, el equilibrio y la postura empeoran, y muchos pacientes acaban postrados en una silla de ruedas o en la cama y necesitan ayuda para realizar sus actividades cotidianas. Hasta la mitad de los pacientes de Parkinson desarrollan demencia.
Por Dónde Empezar
Es normal y comprensible, dice la Dra. Hurtado, que los pacientes de Parkinson tengan miedo al movimiento y teman caerse. “Pero si no te mueves, te caes. Tenemos que romper el ciclo”, dice. “Empieza despacio. Si ahora puedes caminar cinco minutos, auméntelo a diez. Incluso eso ayuda”.
Por seguridad, la Dra. Hurtado recomienda:
· Ser evaluado por un fisioterapeuta o fisiatra
· Aumentar y modificar su rutina de ejercicios lentamente
· Tener a alguien cerca cuando hagas ejercicio, cuando sea necesario
¿Qué Tipo de Ejercicio es Mejor?
El programa de ejercicios de cada persona debe ser personalizado y abordar sus síntomas y capacidades específicas, que es otra razón por la que una visita con un fisioterapeuta o fisiatra puede ayudar. “Es importante encontrar cosas que te gusten, que se dirijan a las áreas que serán más beneficiosas para ti y que funcionen para ti, ya sea yoga en silla, Pilates, tai chi o una clase de ejercicio en grupo”, dice la Dra. Hurtado.
La Parkinson’s Foundation y el American College of Sports Medicine sugieren 150 minutos de ejercicio moderado a vigoroso a la semana. La rutina debe ser un programa completo que incluya algo de cada una de estas cuatro áreas:
· Ejercicio aeróbico, como caminar, correr, montar en bicicleta o nadar.
· Entrenamiento de fuerza con pesas, máquinas de pesas, bandas de resistencia o peso corporal.
· Equilibrio, agilidad y multitarea como yoga, tai chi, baile o boxeo. “El ejercicio que trabaja en planos multidireccionales, requiriendo que te muevas de distintas maneras, es fantástico”, dice la Dra. Hurtado.
· Estiramientos
Piensa en empezar con pequeños objetivos en mente y, además de una rutina de ejercicios, añade retos a tus tareas diarias. Esto podría ser tan sencillo como trasladar todo el peso a una pierna mientras te cepillas los dientes o utilizar pesas ligeras para ejercitar los brazos mientras ves la televisión. Y no temas modificar tus ejercicios o adoptar nuevos movimientos a medida que progrese tu enfermedad.
Además de mejorar los síntomas de la EP, el ejercicio es fundamental para la salud en general, afirma el neurólogo Samer Tabbal, M.D., director del programa de trastornos del movimiento de Miami Neuroscience Institute. “El ejercicio mejora la salud cardiovascular, reduce el riesgo de enfermedades como el cáncer y la diabetes y aumenta la masa muscular y ósea, lo que puede ayudar a disminuir las probabilidades de una fractura si un paciente se cae”, dice el Dr. Tabbal. “También sabemos que el ejercicio ayuda con la calidad del sueño y disminuye la depresión y la ansiedad que son comunes en los pacientes con Parkinson”.
Lina Hurtado, M.D., especialista certificada en medicina física y rehabilitación de Baptist Health Miami Neuroscience Institute
Samer Tabbal, M.D., neurólogo y director del programa de trastornos del movimiento de Baptist Health Miami Neuroscience Institute
Para la más reciente recomendación de ejercicio de la Parkinson’s Foundation, haz clic aquí. Para saber más sobre los grupos de apoyo que ofrece Baptist Health Spine Care, haz clic aquí.
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