Tras la muerte de su hija, una empleada de Baptist Health se convierte en defensora de la prevención de ahogamientos
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Publicado: May 15, 2022
Available in English
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A Soraya Morgynn Stevens le encantaba el agua. Desde su primer baño, siempre estaba más contenta cuando chapoteaba en la bañera, dice su madre, Sophia Brizeus, de 40 años, coordinadora de apoyo empresarial de Baptist Health Urgent Care en el condado de Palm Beach. La señora Brizeus quería que Soraya pudiera disfrutar de la natación en casa de su abuela, que tenía piscina, así que cuando Soraya tenía sólo 23 meses la inscribió en clases de natación. Trágicamente, Soraya se ahogó en la piscina de su abuela, justo una semana antes de su primera clase.
(No deje de verlo: Sophia Brizeus habla del ahogamiento accidental de su hija Soraya en la piscina de la familia. Video en inglés con subtítulos en español por George Carvalho.)
Era el 22 de julio del 2018, un domingo más para la familia Brizeus, que se había reunido en casa de la abuela de Soraya con algunos amigos y algunos familiares que estaban de visita de fuera de la ciudad. Soraya estaba adentro con Sophia, y en algún momento su abuela la llevó a la cocina para darle un poco de puré de papas, que a la pequeña le encantaba.
Sin embargo, con toda la actividad de la casa, Soraya se las arregló para salir de la cocina sin que nadie se diera cuenta. Tanto la señora Brizeus como su madre supusieron que estaba con la otra. Entonces, de alguna manera, Soraya se escabulló de la casa y salió al patio. En cuestión de segundos, sin que nadie se diera cuenta, Soraya cayó silenciosamente a la piscina.
La Sra. Brizeus recuerda haber oído un grito desgarrador en el patio. “Fue un grito muy fuerte. Salí y vi a mi prima, que es enfermera, corriendo hacia mí. Tenía a mi hija – mi mundo, mi corazón – en sus brazos. Volví a entrar para coger mi teléfono y llamar al 911, y cuando volví a salir, mi prima estaba practicando la reanimación cardiopulmonar en su cuerpecito”.
La señora Brizeus no recuerda el viaje en ambulancia al hospital. “Sólo recuerdo estar sentada en la sala de espera de la Sala de Emergencia, meciéndome de un lado a otro. Recuerdo ver unos pies entrando en la sala de espera y a alguien diciendo: ‘Lo sentimos, su hija no ha sobrevivido’”.
Y de repente, en lugar de planificar el segundo cumpleaños de su hija, la señora Brizeus tendría que pasar a planificar su funeral.
Florida tiene el mayor índice de ahogamientos de niños
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), el ahogamiento es una de las principales causas de mortalidad infantil. Los CDC señalan que hay más niños de uno a cuatro años que mueren ahogados que por cualquier otra causa de muerte, excepto por defectos de nacimiento, y que el ahogamiento es la segunda causa de muerte por lesiones no intencionadas en niños pequeños, después de los accidentes de tránsito.
En la Florida, un estado rodeado de agua y donde las piscinas, los lagos y los canales están por todas partes, la cifra de ahogamientos de niños pasó de 69 a 98 el año pasado, y el Departamento de Niños y Familias de Florida afirma que el estado “pierde más niños menores de cinco años por ahogamiento que cualquier otro estado del país”. Además, por cada niño que muere ahogado, otros ocho son atendidos en los departamentos de emergencia de los hospitales por ahogamientos no mortales, que pueden causar daños cerebrales y otras serias discapacidades a largo plazo.
Las clases de natación de supervivencia reducen el riesgo de ahogamiento por un 88 por ciento
Desde ese horrible día en el 2018, la señora Brizeus dice que ha conocido a muchos otros padres que han perdido hijos por ahogamiento. “Es un club del que no quieres ser miembro”, dice ella. Ha dedicado su tiempo libre a trabajar como defensora de la seguridad en la natación, ayudando a aumentar la concienciación y la prevención de los ahogamientos infantiles. También ha creado grupos en Facebook e Instagram, “Soraya’s Love Bugs”, para compartir información sobre los ahogamientos y recursos para padres interesados en clases de natación para sus pequeños.
“Siempre llamé a Soraya mi mariquita (ladybug) desde el momento en que me enteré de que estaba embarazada, incluso antes de saber que mi bebé era una niña”, dice la señora Brizeus. “Tenía un tema de mariquitas para mi baby shower y ella era mi pequeña mariquita – y le encantaban los insectos, así que de ahí viene el nombre”.
Tras señalar que las clases de natación de supervivencia reducen el riesgo de ahogamiento de los niños por un 88 percent, la Sra. Brizeus dice que “Soraya’s Love Bugs” tiene enlaces a organizaciones como Infant Swimming Resource, que permite a los padres introducir su código postal y encontrar instructores de natación certificados de ISR en su zona.
Sin embargo, las clases de natación por sí solas no son suficientes. Se requiere una vigilancia constante cada vez que un niño está en el agua o cerca de ella. “Los niños son curiosos y rápidos. Pueden estar aquí un minuto y luego te preguntas: ‘¿Dónde están?’ Hay que tener a alguien que vigile el agua en todo momento”, dice la Sra. Brizeus.
El ahogamiento suele ocurrir en silencio
Según la Sra. Brizeus, el ahogamiento no suele ir acompañado de fuertes gritos y chapoteos frenéticos, como se suele representar en las películas. “El ahogamiento es silencioso y rápido, y puede ocurrir en menos de 30 segundos”, dice la Sra. Brizeus, añadiendo que un niño puede deslizarse bajo el agua sin siquiera provocar una onda. “Un niño puede estar ahogándose literalmente delante de uno y puede que usted ni siquiera lo sepa”.
Según los CDC, los ahogamientos pueden ocurrir en cualquier momento, incluso cuando no se espera que los niños estén cerca del agua, como cuando acceden a piscinas sin supervisión. “El ahogamiento no discrimina. No le importa quién sea, qué aspecto tenga, qué edad tenga. Sin embargo, es 100% prevenible”, recuerda a la gente la Sra. Brizeus. “Al compartir mi historia, espero ayudar al menos a una familia a no pasar por lo que nosotros hemos pasado”.
Nadando por Soraya
Nunca es demasiado pronto para empezar a enseñar un niño a nadar o, al menos, a mantenerse a flote y con la cabeza por encima del agua, según la Sra. Brizeus, cuya hija de siete meses, Destiny, acaba de recibir su primera clase de natación de supervivencia. Lo llamo “Nadar por Soraya”, dice ella. “Le digo a Destiny: ‘Okay, hoy vas a nadar por Soraya’, y eso es lo que hacemos”.
La señora Brizeus está aprovechando el aumento en la concienciación generada por el Mes Nacional de la Concienciación sobre la Seguridad en el Agua – y el Día Internacional de la Seguridad en el Agua, que se celebra el 15 de mayo – para difundir la importancia de las clases de natación en la prevención de ahogamientos. Ella participará en un evento de Instagram Live organizado por Baptist Health el 26 de mayo a las 12 del mediodía, y el 4 de junio apoyará el evento anual “Splash Day” de seguridad en la natación en el Miccosukee Golf & Country Club, auspiciado por West Kendall Baptist Hospital.
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