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Una década después, una sobreviviente de cáncer de seno agradecida continúa retribuyendo a los demás
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Era el año 2012 y Tammy Kenhan, de 37 años, saludable y en forma, y madre de dos hijos, trabajaba como representante de ventas en la división de oncología de una gigantesca empresa farmacéutica, un trabajo que le encanta, ya que le hace feliz formar parte de un equipo que ayuda a los pacientes con cáncer a llevar una vida plena.
La Sra. Kenhan no sabía que pronto ella también se enfrentaría a un diagnóstico de cáncer. Ahora los papeles se invertirían, ya que ella sería la que se apoyaría en los demás en busca de esperanza, especialmente en un equipo de oncólogos y otros expertos de Baptist Health Miami Cancer Institute. Nacida y criada en Miami, se apoyaría en su familia y en los miembros de su comunidad de Miami Lakes.
(No deje de verlo: Tammy Kenhan habla de cómo ella utiliza su experiencia como sobreviviente de cáncer de seno para ayudar a otras mujeres que están enfrentando el mismo diagnóstico. Video en inglés por Alcyene de Almeida Rodrigues.)
Como alguien que se gana la vida promoviendo las propiedades de los medicamentos contra el cáncer, la Sra. Kenhan estaba consciente de la prevalencia del cáncer y de la importancia de seguir las directrices de detección. Debido a sus antecedentes familiares, su ginecólogo le ordenó una primera mamografía de referencia. Un año después, el radiólogo detectó microcalcificaciones y finalmente se sometió a una biopsia estereotáctica, una biopsia con aguja que toma muestras de las calcificaciones utilizando la guía mamográfica. Esta biopsia mostró células atípicas o anormales.
La Sra. Kenhan recibió distintas opiniones sobre los resultados y las recomendaciones; una de ellas era observar y esperar. “Eso no me gustó mucho”, comenta la Sra. Kenhan. “Encontraron células anormales en mi biopsia, ¿y querían que me limitara a observar y esperar? No podía hacer eso. Así que fui a buscar otra opinión”.
Una segunda opinión dio lugar a un hallazgo y una recomendación similares. Pero la Sra. Kenhan dice que seguía teniendo la persistente sensación de que algo no estaba bien. “No creían que fuera cáncer, pero sentí que tenía que ver a alguien que realmente examinara mi caso a profundidad”.
La Sra. Kenhan entonces buscó la opinión de Gladys Giron, M.D., oncóloga quirúrgica del seno entrenada por beca y certificada por la Junta, en Miami Cancer Institute. A través de su trabajo con inmunoterapias contra el cáncer en su empresa farmacéutica, la Sra. Kenhan había oído hablar de la Dra. Girón y sabía que estaba muy bien considerada en su campo.
Una conexión instantánea
La Sra. Kenhan dice que cuando conoció a la Dra. Girón durante una consulta en abril del 2012, sintió una conexión instantánea. “Había algo en su comportamiento”, dice. “Estaba llena de ansiedad y literalmente rebotaba de mi silla en la sala de espera porque estaba muy nerviosa por lo que iba a pasar”. Sin embargo, cuando entró la Dra. Girón, la Sra. Kenhan dice que sintió una repentina y abrumadora sensación de calma.
“Tomó mis manos entre las suyas, me miró a los ojos y me dijo: ‘Sé que tienes miedo, pero vas a estar bien. Vamos a darte el tratamiento adecuado y voy a estar contigo en cada paso’. Esa tranquilidad que me dio me hizo sentir muy bien. Me hizo sentir segura y me dio esperanza”.
La Dra. Giron recuerda haber visto a la Sra. Kenhan por primera vez. “Es una mujer increíble, es como un rayo de sol. Entra en la habitación y no puedes evitar sentirte inmediatamente feliz”, dice.
Un área de preocupación
La Dra. Giron había revisado los estudios previos de la Sra. Kenhan y vio algo que le preocupaba. Observando que tenía un tejido mamario denso y un mayor riesgo de desarrollar cáncer de seno debido a sus antecedentes familiares, la Dra. Girón le recomendó que se hiciera una resonancia magnética, algo que la Sra. Kenhan dice que ningún otro médico le había sugerido anteriormente.
“La resonancia magnética reveló un área adicional de preocupación en su seno derecho, y una biopsia confirmó que tenía un carcinoma ductal invasivo en estadio I”, dice la Dra. Giron. “Su tumor era receptor de estrógeno positivo y HER 2 negativo, y su pronóstico era excelente”.
La Sra. Kenhan recuerda que estaba muy asustada en ese momento. “Por mucho que todo el mundo me dijera que iba a estar bien, no podía evitar estar muy asustada”, admite. “Mis hijos eran pequeños – sólo tenían cuatro y seis años – y lo primero que se me pasó por la cabeza fue: ‘¿No voy a verlos crecer? Eso me rompió el corazón. Fue un momento muy, muy duro para mí. No quería que el cáncer me quitara tiempo para estar con ellos”.
Un bajo riesgo de recurrencia
Debido al estadio temprano de la enfermedad y a las características del tumor, la Sra. Kenhan era candidata a la conservación del seno. Se sometió a pruebas genéticas negativas y, aunque no era necesaria una mastectomía, la Dra. Giron discutió con ella todas las diferentes opciones, teniendo en cuenta la edad de la paciente, el aspecto de su tejido mamario en los estudios radiológicos y sus antecedentes familiares de cáncer.
“Siguiendo las directrices habituales, se tomó la decisión de proceder a una mastectomía derecha y a una mastectomía profiláctica izquierda”, dice la Dra. Girón. No fue una decisión que la Sra. Kenhan tomara a la ligera y se discutió mucho para llegar a ella, según la Dra. Girón. “Pensó que esto le proporcionaría la menor ansiedad en el futuro y le daría el mejor resultado reconstructivo”.
La Sra. Kenhan estuvo de acuerdo. “La Dra. Giron pensó que ésta sería la mejor opción para mí porque era joven y una persona bastante saludable y en forma”, dice. “Realmente no quería tener esa preocupación de una recurrencia sobre mí cada vez que tuviera que ir a hacerme la mamografía y otras pruebas”. Sin embargo, comprendió que las mastectomías no reducen “al cien por cien el riesgo” de volver a padecer cáncer en la zona, según la Dra. Girón, ya que siempre pueden quedar zonas microscópicas indetectables incluso con las tecnologías de diagnóstico más avanzadas.
La Sra. Kenhan se sometió a la cirugía, seguida de una reconstrucción inmediata con Max Polo, M.D., cirujano plástico de Baptist Health. “Las pruebas genómicas de su tejido determinaron que su tumor tenía un bajo riesgo de recurrencia, así que la quimioterapia no ofrecería ningún beneficio. Tampoco había lugar para la radioterapia”, señala la Dra. Giron.
Después de la operación, la Sra. Kenhan acudió a Sara Garrido, M.D., oncóloga del seno de Miami Cancer Institute, que le inició un régimen de cinco años de Tamoxifén, una terapia endocrina que compite con el estrógeno para disminuir el riesgo de desarrollar cánceres posteriores.
El tratamiento ya no es de talla única
Según la Dra. Giron, desde que se diagnosticó el cáncer de la Sra. Kenhan hace una década han ocurrido varios avances técnicos en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de seno. “Nuestras imágenes han mejorado. Tenemos mamografías en 3D, y nuestros ultrasonidos y resonancias magnéticas son más sofisticados”, dice. “Dependiendo del cáncer, nuestros oncólogos médicos tienen a su disposición una gama más amplia de terapias dirigidas. Las pruebas genéticas se han ampliado bastante: hemos descubierto muchos otros genes que podrían contribuir al desarrollo del cáncer de seno”.
La Dra. Giron señala que el proceso de reconstrucción mamaria después de la cirugía también ha evolucionado. “Los implantes que se utilizan para la reconstrucción son de mejor calidad y las pacientes están más satisfechas con los resultados”, señala.
El mayor cambio en las dos últimas décadas, dice la Dra. Girón, radica en que el tratamiento del cáncer de seno se ha vuelto muy personalizado. “Ya no tenemos un enfoque de ‘talla única’. Podemos tener el mismo informe patológico exacto en tres pacientes distintas y las recomendaciones de tratamiento pueden ser diferentes para cada una, teniendo en cuenta múltiples factores”, explica.
Los oncólogos de todas las subespecialidades reconocen la importancia de ver a la persona como un todo. “No nos fijamos sólo en los resultados de las imágenes o de la exploración física”, dice. “Queremos ver los antecedentes familiares y los aspectos sociales de la vida del paciente. También tenemos en cuenta si cumplen los criterios para las pruebas genéticas”.
No confundan las pruebas de detección con la prevención
Con motivo del Mes de la Concienciación sobre el Cáncer de Seno, la Dra. Girón anima a las mujeres a seguir adelante con sus mamografías de detección anuales a partir de los 40 años. “No tenga miedo de un posible hallazgo: asegúrese de hacerse la mamografía”, aconseja. “Y si tiene síntomas que le preocupan, no los ignore: acuda a su médico de cabecera o a su ginecólogo. De este modo, si es necesario, podrá recibir el tratamiento adecuado”. La Sra. Kenhan es un ejemplo de detección precoz: realmente conduce a mejores resultados”.
La Dra. Giron advierte a las mujeres que no deben confundir las mamografías u otras pruebas de detección con la prevención. “He tenido muchas pacientes que me dicen al ser diagnosticadas: ‘No entiendo, me hago la mamografía todos los años. ¿Cómo ha podido pasarme esto?”. Pero recuerden que un estudio de detección – ya sea una mamografía o una colonoscopia – es un estudio que se realiza a un paciente que no tiene síntomas. Y la razón de estas pruebas es que queremos detectar una enfermedad antes de que haya señales y síntomas. Los estudios de detección no previenen la enfermedad”.
La Dra. Giron enfatiza que, mientras una mamografía no va a evitar que se desarrolle un cáncer de seno, “sí nos va a ayudar a encontrarlo en una etapa más temprana y de menor tamaño, lo que se asocia a un mejor pronóstico.”
Compartiendo su experiencia con los demás
Diez años después de su diagnóstico, la Sra. Kenhan dice que su meta es seguir ayudando a las mujeres que se enfrentan a su propia experiencia de cáncer. “Para alguien a quien se le ha diagnosticado un cáncer, es muy importante saber que hay alguien que sabe por lo que está pasando y que puede ofrecerle esperanza y mostrarle que llegarás al otro lado”, dice.
La Sra. Kenhan también apoya a 305 Pink Pack, una organización local sin fines de lucro que ayuda a las pacientes de cáncer a cubrir los gastos de guardería, alimentación y transporte a sus tratamientos. “Una de las cosas más difíciles cuando pasas por un diagnóstico de cáncer es encontrar el cuidado de sus hijos y encontrar a alguien que le ayude”, dice la Sra. Kenhan. “El 305 Pink Pack me ayudó cuando lo necesité, y apoyo a esa organización con todo lo que puedo”.
Cada día es una bendición
La Sra. Kenhan dice que su experiencia con el cáncer le ha hecho reevaluar muchas cosas en su vida. “Ya no doy las cosas por sentadas y he aprendido a no preocuparme por las cosas pequeñas. Es una trampa fácil en la que se puede caer cuando se es un padre ocupado, pero realmente hay que disfrutar de cada día porque cada día es realmente una bendición”.
La Sra. Kenhan tiene un fuerte sentido de gratitud y atribuye a su profunda fe el haberla llevado a través de su experiencia. “No sería nada sin mi fe. Sigue llevándome”, dice, y añade que en realidad se alegra de haber sido diagnosticada a una edad tan temprana. “Me ha permitido vivir estos últimos 10 años con más libertad, disfrutando realmente de cada momento y celebrando cada ocasión”, dice. “El mero hecho de levantarme y estar saludable cada día es una celebración. Mi esperanza es seguir viviendo una vida sana y poder ver a mis hijos graduarse de la universidad y tener carreras exitosas”.
La tercera vez fue la vencida
Cualquiera que se haya enfrentado alguna vez a un diagnóstico médico serio sabe lo difícil que puede ser recorrer la ciudad reuniendo los historiales médicos y acudiendo a diferentes médicos. Pero la señora Kenhan le dirá que se alegra de haber hecho el esfuerzo.
“Fue necesaria una tercera opinión para salvar mi vida. Si la Dra. Girón no hubiera ordenado esa resonancia magnética, quién sabe lo que hubiera pasado”, dice la Sra. Kenhan. “Si me hubiera limitado a observar y esperar, como habían sugerido los otros médicos, mi cáncer habría progresado aún más en el momento en que se detectó, y mis opciones de tratamiento habrían sido más limitadas”.
Si hay un hallazgo durante una mamografía u otra prueba, la Sra. Kenhan aconseja a las personas que, si no se sienten cómodas con el plan de tratamiento que propone el médico, no hay nada malo en pedir otra opinión. “Se trata de su salud – su vida – y usted es la única que puede luchar por ella, así que tiene que estar al tanto”, dice.
La Sra. Kenhan añade que nunca podrá agradecer lo suficiente a la Dra. Girón lo que hizo por ella, y le atribuye el mérito de haber profundizado y visto algo en su caso. “Hizo exactamente lo que prometió. Se aseguró de que me hicieran las pruebas adecuadas, las evaluaciones correctas y los tratamientos adecuados. Pero aún más que eso, me brindó mucha paz cuando estuvo conmigo”.
La Sra. Kenhan ha sido una gran defensora de Miami Cancer Institute, según la Dra. Girón, siempre haciendo saber a la gente de la comunidad que deberían hacerse sus mamografías y refiriendo a los pacientes al Instituto. También se asegura de hablar con otros pacientes y ayudarles a sentirse mejor sobre su diagnóstico.
“En el momento en que terminó su tratamiento aquí, lo único que quería hacer era empezar a retribuir”, dice la Dra. Giron. “Tiene una actitud muy positiva, que mantuvo durante todo el tratamiento. Es una mujer increíble y una verdadera inspiración. Me siento muy honrada de haber sido su doctora todo este tiempo”.
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